¿Quién es?
La cosa fue así: un día, el pequeño regiomontano Edgar estaba jugando alegremente con su primito y su tío. Su primo, ágil, cruzó un riachuelo, pasando por arriba de una rama caída. Cuando Edgar lo intentó, a su primo le salió lo malora: le empezó a mover la vara (sin albur), a agitarla. Edgar, gordito, no pudo mantener el equilibrio y cayó al riachuelo. Este episodio que bien podría ser de cualquier fin de semana familiar, tuvo la desgracia de ser grabado en video por el tío. El ojete lo subió luego a Youtube y zaz: Edgar se volvió el primer fenómeno viral de Internet en México.

¿Por qué es castroso?
Muchas razones. Para empezar, es un chilletas. Y es muy zapeable. Y ese gritito de “¡ya, güey!” llegó a ser mucho muy castroso. Encima de todo, ¡el chamaco se volvió famoso! Llegó al punto más alto de chocantez cuando hasta las galletas Emperador le hicieron un comercial. Triste.

¿Qué va a ser de grande?
Viene-viene (por el gritito: “¡ya, güey!”, y ya quedaste estacionado), clavadista, cirquero (caminará sobre la cuerda floja).

Notas relacionadas:

10 conductas del buen chilango
5 blogueros imperdibles
¿Qué tan chilango eres?