No te hagas: tú también tienes esa tía (que debe llamarse Gertrudis, Lucrecia o Dolores) que te recuerda todo el tiempo que la vida no debe ser del todo feliz, que debes sacrificarte y ser «buena persona» (aunque eso, en su mundo, signifique sólo ir a misa y usar ropa de «gente decente»). Esa tía es la que también te aconseja por lo bajo que no te claves con tu novio (y que mejor lo hagas complacerte en todos tus caprichos), la que te dice que «un verdadero hombre anda con muchas, pero una verdadera mujer se aguanta hasta el matrimonio», y demás útiles consejos para una vida de gente bien. Sus power quotes: «No le des tu florecita, mijita»; «No bajes luego luego: que te espere en la sala y que tu papá lo conozca»; «¡Con esos pelos pareces plumero!»; «¿Universidad? No: tú tienes que ser una señora de tu casa»,y un (largo y doloroso) etcétera.