Hay quienes los escogen por comodidad, otros por elegancia, otros por necesidad de la chamba, pero el calzado siempre es una de las preocupaciones de los chilangos, especialmente por vivir en esta ciudad tan bipolar. Más allá de la imagen, otros factores como utilizar el transporte público, caminar, andar en bici o el clima, tienen que ver en la decisión de que chanclas te pondrás para salir y ciertamente hablan mucho de quiénes somos. Así que veamos a que grupo te apegas.

El (la) de los Converse

El calzado pandroso por excelencia. Si hace años, por allá de los tempranos 80 los Converse eran sinónimo de chavo banda (y sus copias nacionales los Súper Faro, porque era muy difícil tener Converse, a menos que se compraran en la fayuca o te los trajeran del gabacho), hoy son la moda de todo el que se precie de ser chavo (o chavorruco). Cómodos para andar en la calle (mas no para caminatas largas), ya no son mal vistos y puedes ir con ellos a la chamba, por muy mugrosos y rotos que estén porque traer un par es estar “en onda”. Y lo mejor es que últimamente los modelos son más variados y se mantienen como los más populares en el DF. Hay ediciones especiales que la verdad están muy chidas.

Las chicas de tacones

Aquí hay varias vertientes: una es por necesidad de ir a la chamba con un código de vestimenta, otra por querer andar en plan elegante, pero siempre hay sus pros y sus contras. Hay de todo, desde las discretas que los usan no tan altos, sólo para la oficina, pasando por las que son más fashion y muestran bonitos diseños con vestidos o jeans, y hay algunos que sí se ven como para la pista y tubo. La onda es que para andar en la calle son una molestia y más si a las chicas les tocan banquetas con tremendos hoyos o subir las escaleras.

El de los zapatos de vestir

Todo buen godín tiene un buen par de piel, a los que les da grasa mínimo una vez a la semana o va a que se los lustren en la esquina mientras lee el Gráfico o el Metro. Son los zapatos por excelencia para la oficina, otros los usan para completar el outfit casual evitando lo pandroso y otros tantos para verse todos unos ‘mirreyes’ (zapato sin calcetín, onda Julio Iglesias-Jorge Vergara). Aunque te sientas rebelde, en algún momento tendrás que comprar un par de éstos, ya sea para la graduación propia, la de tu novia, hermana, para las bodas y hasta para ir a pedir empleo.

Van desde los clásicos de agujeta (zapato bostoniano), pasando por los mocasines o el zapato derby, dan cierto toque de elegancia, aunque son poco prácticos para las caminatas en la ciudad, porque si no los tienes ya bien amaestrados no dudes que después de unas 10 cuadras ya traerás algunos callos, ya no digamos si llueve.

Los tenis de runner

Los conocedores pero también muchos que han adoptado las carreras como su nueva religión o su nuevo hobbie usan de éstos. Nada más cómodo que unos tenis hechos para correr. Te sientes como si flotaras por los aires y devoras kilómetros de asfalto sin que tus piecitos de princesa (o príncipe) sufran las consecuencias, gracias a la tecnología de última generación.Obviamente, es raro que puedas ir con éstos a la chamba aunque se dan los casos.

Las Doctor Martens

Hasta hace unos años, eran el símbolo del punk en los pies de los outsiders, el objeto del deseo de los rockeros, con diseños espectaculares para su época. Ahora ya son mainstream y son usadas más por los chicos y chicas “fresas” (sus lindos diseños de florecitas) que por los reventados rockeros. Un par de botas de éstas te pueden durar toda la vida, son muy resistentes. No son baratas, un pequeño lujo pero seguramente lo vales.

Las (los) de ‘huarachito’

Este tipo de cacle bien puede ser usado por los jipis de Coyoacán y por bellas damas que gustan lucir su pedicure francés. Ideales para ventilar el pie de tamal y sentir el airecito con smog chilango. Los huaraches siempre serán un riesgo porque en el DF todo es impredecible y aunque en la mañana haga mucho calor, por la tarde se puede soltar el aguacero y entonces sí, ya valió, puedes terminar con las patrullas todas lodosas. Por cierto, si vas a usar este calzado, mínimo córtate las de gavilán pollero (no falta el pedicure francés natural por aquello de que no se han recortado las uñas) y eso sí, por nada del mundo los uses con calceta.

Las de botas de lluvia

En esta ciudad casi llueve la mitad del año, y salvo las Bubble Gummers de cuando éramos niños, fue hasta pocos años que los chilangos empezamos a usar las botas de lluvia de adultos. Hay diseños variados y de distintos colores, especialmente para las chavas, que suelen verse lindas con unas Hunter. Los hombres, es sí, si las usan negras parecen vendedores de pescado o pollo del mercado. Lo malo es que si en la mañana las usas porque es inminente que lloverá, el clima puede cambiar y no será nada práctico calzarlas bajo el sol.

Sabemos que hay muchos más pero ustedes ¿qué cacles prefieren?

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