En México, festejos como la Independencia o la Revolución han dejado de ser las fiestas más importantes del calendario en los últimos tiempos, y ese lugar quizá ahora lo ocupa el Día de Muertos.

El Día de Muertos (¡no “Día de los Muertos”!) no tiene un único festejo oficial, no está delimitado a una ceremonia ni encabezado por algún personaje y se conmemora en cualquier parte, desde la casa hasta las plazas públicas.

A diferencia de otras fiestas nacionales, no se limita a un acto principal con sede en la Ciudad de México y no tiene alguna regla o ritual en particular a seguir, sino que cambia dependiendo del lugar en el que se celebre.

De hecho, con el tiempo, el Día de Muertos, cuya celebración proviene de rituales de tiempos prehispánicos, se ha fusionado con la religión, la política, los cambios sociales y hasta con la tecnología y, contrario a lo que algunos piensas, ¡hasta con fiestas extranjeras como el Halloween (¿o no ponen papel picado naranja y negro en la ofrenda o alguna calabaza naranja por ahí?)!

Así que esta conmemoración no está dictada por alguna iglesia o por el Gobierno (ni siquiera es fecha de descanso oficial en el calendario, pero todos buscan espacio para celebrarla), sino que surge de la tradición de la sociedad mexicana, y se puede vivir a través de una amplia gama de actividades, como exposiciones en museos, altares de muertos en lugares públicos o privados, conciertos y hasta en actividades organizadas en lugares poco comunes, como los panteones (algo impensable en otra parte del año o en una época del año diferente).

En realidad, la celebración del Día de Muertos tal y como la conocemos actualmente viene de la primera mitad del siglo 20, cuando después de la Revolución se buscaron símbolos que ayudaran a exaltar el orgullo nacionalista de los mexicanos y lo retomaron, por ejemplo, algunos artistas, como Serguéi Einsenstein en su película ¡Que Viva México!(1932) o Diego Rivera en gran parte de su obra, como en el mural Sueño de una Tarde Dominical en la Alameda. Así que su origen es más artístico que oficial.

Otras entidades, como Michoacán, Puebla o el Estado de México también tienen importantes festejos alrededor del Día de Muertos, por lo que es una fecha verdaderamente descentralizada, aunque es cierto que, en los últimos años, el Distrito Federal es donde más actividades se organizan en las fechas cercanas al 1 y 2 de noviembre.

Por si todavía no te convences de que el Día de Muertos es la mayor fiesta nacional, aquí van algunos comparativos con otras fechas importantes en México.

15 de septiembre

Aunque no es la fecha oficial del inicio de la guerra de Independencia, el mayor acto del calendario político del País se lleva a cabo esa noche: “el Grito” de Independencia.

Esa ceremonia, como hoy la conocemos, se remonta tiempos de Porfirio Díaz y, según se cuenta, se fijó en esa fecha porque coincidía con su cumpleaños y, desde entonces, se trata de una celebración encabezada por el Presidente en turno.

Aunque en todo el país se da “el Grito” y la gente en sus casas suelen cenar y festejar el hecho de ser mexicanos, se trata de una fecha de festejo oficial y que, en realidad, sólo dura la noche del 15 de septiembre. Su origen es oficial, no tradicional.

16 de septiembre

Aunque ese día no se trabaja, el principal festejo en diferentes plazas del país es un desfile, y en algunos lugares se puede visitar una feria o degustar platillos mexicanos, como los chiles en nogada.

La gente suele adornar sus casas y autos con banderas durante todo septiembre y organizar alguna fiesta tipo “noche mexicana” para conmemorar el inicio de la guerra de Independencia que se llevó a cabo (según la historia oficial) en 1810. La tradición de festejar en grande el 16 de septiembre viene de mediados del siglo 18 y se trata más de una fiesta cívica que tradicional.

20 de noviembre

En realidad hay pocas (o ninguna) tradiciones para este día y no se suele adornar la casa u organizar alguna fiesta para celebrar el inicio de la Revolución.

El acto más grande de conmemoración es un desfile ¡deportivo! que, hace unos años, era protagonizado por burócratas gorditos que caminaban varios kilómetros ejecutando tablas gimnásticas estrenando, en el mejor de los casos, un pants o simplemente una camiseta sin mangas.

No es que las “adelitas” o Francisco Villa haya sido muy deportistas, sino que a mediados del siglo 20 se decidió que era una buena idea para fomentar una especie de cultura pacifista del Estado. Así que el festejo del 20 de noviembre también es una fecha dictada por el calendario oficial.

12 de diciembre

Durante muchos años se dijo que este día, en el que se celebra a la Virgen de Guadalupe, era “la verdadera fiesta nacional”; sin embargo, por diversos factores, como la entrada de nuevas religiones o el impulso del Estado laico, dejó de tener la gran relevancia que tuvo en otras épocas.

Aunque se festeja en casi todas las capillas del país (y en varias del mundo), la celebración principal se lleva a cabo en La Villa, en el Distrito Federal, y casi desde que surgió la televisión en México, se transmiten unas “Mañanitas a la Virgen” durante los primeros minutos del 12 de diciembre en el que participan artistas y cantantes, siendo el mayor evento mediático de esa fecha. Obviamente, el origen de esta celebración es religioso.

¿Alguna duda?

Como vimos, la fiesta de Día de Muertos, además de darle fama internacional a México, es la fecha que más mexicanos celebran y, aunque le duela a muchos chilangos, no tiene una sede oficial en el DF, es más, ¡no tiene ninguna sede o acto oficial!

Además, ha sobrevivido porque se ha mezclado perfectamente con los tiempos modernos y da para mucha creatividad. ¿Tú qué opinas?

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