Nota de la redacción: no estamos en contra de ninguna actividad deportiva, sino de que éstas sean utilizadas para farolear.

Los runners no se conforman con correr. Ni con participar en carreras eternas en lugares exóticos, ni siquiera con mostrar sus hazañas deportivas en las redes sociales. Ahora quieren exponer su afición en persona, a sus amigos, a sus enemigos, a todo el mundo, todo el tiempo. Hablan con emoción de sus rodillas destrozadas, de las ampollas de sus talones, de sus pezones untados de vitacilina, como si le importara a alguien… ¿Por qué todo el mundo habla de correr?

Es posible entender la emoción de la carrera, del ejercicio, la liberación de endorfinas, pero, ¿a qué se debe este exceso? ¿Qué tienen las carreras largas, los maratones, los Iron Man, los ultramaratones, que enganchan a tantos hombres y mujeres? ¿Por qué participan en ellos? Y, sobre todo, ¿por qué lo cuentan?

¿Por vanidad? Mi cuerpo está rechulo, ¿por qué ocultarlo?

Participar en carreras es una buena excusa para vestir de forma llamativa. Ropa con avances tecnológicos, embarrada y, en el peor de los casos, fluorescente. Quien se muestra con ese tipo de prendas suele tener un buen cuerpo, y, obvio, les gusta enseñarlo al mundo entero, vía Internet. Las selfies son un recurso muy útil para mostrar sus caras sudorosas, sus piernas bronceadas y, sus abdómenes duros como empedrado del Centro. Ok, sí, correr sienta bien a sus cuerpos, pero lo realmente preocupante son sus cabezas. Y es que, reconózcanlo runners, hay quien corre tres kilómetros sólo para tomarse la foto triunfal.

Que todo México se entere: mejoré mi tiempo

Postear cada vez que saliste a correr no está chido. Y lo que está aún peor, es que presuman de los 28 kilómetros que recorrieron mientras el resto del mundo echaba la hueva en su sillón. ¿A quién le importa si Juanito Pérez recorrió una distancia absurdamente larga en un tiempo exageradamente corto? ¿Es que va a dejar su trabajo de contador para dedicarse al atletismo? ¿No, verdad? Entonces, ¿por qué lo postean?

Correr sin rumbo… ¿No es una forma de huir?

Muchos de aquellos que participan en carreras lo hacen para tener algo que hacer cuando salen de la oficina. Y es que, pasada cierta edad, no basta con quedar con los cuates a tomar shots, hace falta un hobby que no te destroce el cuerpo. No, los videojuegos tampoco cuentan. Y es que, en el fondo, correr es para hombres y mujeres una excusa. Esa ansia de subir corriendo al Ajusco quizá tiene que ver con que, bueno, en su casa no quieren estar.

Viajo mucho, soy lo más

Participar en el maratón del DF está bien. Pero ir a los de San Francisco, Nueva York o París está aún mejor. Las fotos lucen más con el Coliseo de fondo. La carrera se muestra, de nuevo, como una excusa. Con la justificación de participar en el Iron Man de Hawaii pueden pedir permiso en la chamba, pueden dejar de ir a bodas aburridas porque no beben, pueden viajar a lugares extraños y presumirlo, tienen ganada la aprobación y la sincera felicitación de todos. Las fotografías en maratones europeos suplen lo que en los noventa eran las camisetas del Hard Rock con nombres de ciudades. Una exhibición pública de cosmopolitismo.

Superar traumas adolescentes

Los que fueron grandes deportistas de chavos siguen siéndolo, en su mayoría ahora que son adultos. Algunos corren, pero no suelen ser el estereotipo del maratoniano. Prefieren el futbol, juegan basquetbol, beisbol, tenis. Muchos corredores obsesivos de cuarenta años, de niños eran los condenados a ponerse de porteros en las cascaritas. Ahora correr 10 km al día va por aquellos goles que nunca pudieron anotar y por siempre haber sido escogidos al último en su equipo.

Sólo te utilizan

Cada vez que los sufridos runners participan en una carrera, no sólo colapsan algunas zonas de las ciudades de tráfico y personas mal vestidas, también de hombres y mujeres anuncio. Sus mallones, shorts y playeras sirven de promoción para marcas de ropa deportiva, tarjetas de crédito, bancos, canales de televisión, para la cafetería ecológico-orgánica que está de moda. Ellos creen que están haciéndose bien a sí mismos, que lo que pagaron para inscribirse en el evento está destinado a malnutridas comunidades indígenas, pero quienes realmente se lo agradecen son los de siempre: las grandes corporaciones.

No todos los cuerpos, ni siquiera los espíritus, están hechos para correr. Debe ser bueno para la salud, pero también, puede ser aburrido para el alma. Quien no tenga ganas de huir de nada ni de nadie, que se quede en el sitio, por favor. Ahora, si los cuerpos de los corredores despiertan tu envidia (o tu lujuria), si quieres ser más alegre, tener más energía, asolearte la nuca, no lo dudes, corre a comprarte unos tenis.

¿Y ustedes chilangos, qué opinan de los que corren sólo por moda?

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