Cuando apenas la Ciudad de México empezaba a retomar la normalidad después del terremoto, el 29 de octubre de 1985 en Periférico Sur se empezaban a formar grandes filas de autos y personas esperando a que un nuevo restaurante abriera sus puertas: McDonald’s.

Y es que hoy no es novedad que abra uno de estos negocios, pero en los 80, cuando la economía mexicana tenía cerradas las fronteras a la inversión extranjera, resultaba una novedad que llegara una cadena estadounidense a instalarse en el país.

En esa época de la Guerra Fría, McDonald’s era uno de los símbolos del capitalismo y un lugar aspiracional para quienes veían en Estados Unidos un modelo a seguir, que en ese entonces eran muchísimas personas.

Las filas para entrar a ese restaurante –que fue traído por un empresario mexicano que tuvo que buscar proveedores nacionales porque prácticamente no podía importar nada en ese entonces- eran interminables y el menú era muy limitado, ya que únicamente ofrecía tres hamburguesas y poca variedad de postres, pero eso no la importaba a los miles de comensales que querían pasar a McDonald’s cuando regresaban de un paseo por Reino Aventura, que quedaba muy cerca de ahí.

Ir a comer una BigMac era todo un acontecimiento, contaba como salida para lucirse con la novia y para que las señoras presumieran en las reuniones que habían llevado a sus hijos a probar una hamburguesa con queso que, para el paladar chilango de aquellos años que estaba acostumbrado a Burger Boy, a veces resultaba una comida bastante simple y muy cara.

Para 1988 ya había otros dos restaurantes de McDonald’s en Periférico, uno a la altura de Palmas y otro en Satélite, que en ese entonces ostentaba el récord de ser el más grande del mundo.

La Cajita Feliz

Pero más que sólo ir a comer hamburguesas, lo que hizo felices a miles de niños y adolescentes ochenteros y noventeros cuando iban a McDonald’s fueron los juguetes de la Cajita Feliz, la cual, por cierto, cuenta la leyenda que fue inventada por la dueña de una franquicia de este restaurante en Guatemala, y que entre los primeros regalos se podía elegir entre un libro y una cartera.

De hecho, McDonald’s es considerado por algunos como uno de los principales distribuidores del juguetes del mundo, y es que, con el paso de las generaciones, no sólo los niños corren por su Cajita Feliz, sino que los adultos también gustan de coleccionar algunos de estos regalos, ¿o no es cierto que, actualmente, entre los adornos de un escritorio godínez que se respete hay un Minion, un Scooby Doo o un personaje de Hotel Transilvania?

La Cajita Feliz hoy se ve como algo normal, pero a finales de los 80 era una gran novedad, y eso que no era un concepto nuevo, ya que cadenas como Burger Boy ya ofrecían regalos en sus menús, pero ninguno lucía tan cool como los juguetes que trajeron los del restaurante de los arcos dorados.

Los que fueron chavitos en la Navidad de 1989 seguro recordarán la primera gran promoción que hubo en la Cajita Feliz, que fueron unos peluches de los personajes de los Muppets Babies (NOTA PARA MILLENNIALS: sí, hubo una serie de caricaturas en donde aparecían los Muppets como bebés) y que todos deseaban.

Como sólo había tres McDonald’s en la Ciudad de México, en las puertas de estos restaurantes podían verse las interminables filas de personas que querían comprar una Cajita Feliz (ah, sí, y comerse la hamburguesa y las papas).

Por su tamaño, esos muñecos no venían propiamente dentro de una caja, sino que se entregaban en la mano de los clientes que deseaban completar su colección de cuatro o cinco personajes en igual número de semanas.

Debido a ese rotundo éxito, cada fin de año se incluían colecciones de peluches de personajes muy populares, como Garfield, Snoopy, Mickey Mouse y Bugs Bunny, por lo que hubo toda una generación de chavitos noventeros que seguro hoy todavía conservan alguno de esos muñecos entre sus recuerdos más preciados.

Pero también por esos días hubo juguetes que nadie quiso y que quizá hoy serían codiciados por algunos fans. Por ejemplo, a inicios de los 90 hubo un intento de convertir en serie animada a Volver al Futuro, y en la Cajita Feliz se incluyeron personajes de ese show, como a Marty en una patineta y al Doc en el DeLorean… pero en ese entonces no despertaron gran interés.

También hubo otros que eran tan nuevos que todavía no se convertían en objetos de culto, como cuando aparecieron los personajes de Mario Bros, que fueron los primeros juguetes de un videojuego, o los de La Sirenita y el Rey León, que representaban el regreso de Disney a la pantalla grande con grandes producciones antes de la llegada de Pixar.

Y McDonald’s entiende muy bien lo atractivo que son los juguetes, por lo que también firmó convenios con grandes fabricantes de juguetes, como Mattel, por lo que desde entonces y hasta ahora, ofrece de vez en cuando líneas de Barbie o de Hot Wheels.

Una pajarita llamada “Birdie”, un “ladrón de hamburguesas” con todo y traje de presidiario y el mismísimo payaso Ronald McDonald’s también fueron juguetes de la Cajita Feliz, además de los papas a la francesa y hasta los nuggets. Hubo de todo.

¿Cuál fue el juguete de la Cajita Feliz que más te gustó?

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