Castigos ridículos que las mamás de antes ponían

¿Cuál es el más extraño que viviste?

Las nuevas teorías educativas dictan que a los niños no hay que castigarlos ¡No señor! ¡Los castigos son como de la Edad Media! En cambio, hay que platicar con ellos hasta encontrar la causa de su mal comportamiento.

¿Qué tu niño le jaló las trenzas a Ximenita? Tal vez está expresando un deseo amoroso ¿Qué tu hijo salió bully? Eso no es culpa de él, sino que es consecuencia de una casa disfuncional ¿Que chilla y patalea en el restaurante porque no se quiere comer la guarnición de verduras? Bueno, que le traigan un bistecito con papas y asunto arreglado. 

En cambio, las madres de antes sabían que el castigo no solo era un derecho, sino una obligación. La mejor aliada de la old school era una chancla voladora que se encajaba en la cabeza del chamaco, además del infalible cinturonazo, la nalgada con sartén y el certero jalón de patilla.

Los padres de antes repartían coscorrones, pellizcos y otros castigos más… extravagantes. Preguntamos a algunos chilangos cuál había sido el castigo más raro que les pusieron y esto es lo que nos contestaron.

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¡Esos sí son castigos creativos! ¿Recuerdas cuál es el castigo más extraño que te pusieron? ¡Cuéntanos!

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