Justo cuando estábamos festejando con lo que creíamos serían los últimos pingüinos,papitas y coca cola que probaríamos en mucho tiempo (como solidaridad a losescolares capitalinos), nos enteramos de que los senadores se echaron paraatrás en las reformas que prohibían la venta de comida chatarra en las escuelas del DF. Bu.

Los que lloran de felicidad con la noticia son losgorditos de México, pero, neta, créanlo, erapor su salud…, y por la salud financiera de todo el país, que en 5años podría colapsar, por el número de casos de obesidad que se registren añocon año. No hace falta que les recordemos que somos el primer lugar en el mundoen sobrepeso infantil, ¿verdad?

Resultaque primero el Senado aprobó en lo general reformas para combatir la obesidaden primarias y secundarias, las cuales prohibían la venta y comercialización dealimentos y bebidas con bajo contenido nutricional y alto en grasas, sales yazúcares.Sin embargo, minutos después, los senadores –siemprepreocupados por los ciudadanos y no por las grandes compañías refresqueras y garnacheras– se retractaron y regresarona comisiones los cambios a los Artículos 301 y 307 de la Ley General de Salud,que había aprobado también para los espacios deportivos de todo el país.

El dictamen aprobado con 89 votos a favor, prohibela venta de laxantes a menores de edad, para evitar trastornos alimentarioscomo la bulimia y la anorexia. Y, aunque en un principio sólo limitaba la ventay publicidad de esos productos, después, a propuesta del senador del PT, RicardoMonreal, se extendió a los centros deportivos.

Pero –de pronto– los priistas que descansaban los ojos y dormitaban en sus curulesreaccionaron y pidieron repetir la votación de dichos artículos en loparticular, contenido que fue rechazado y regresado a comisiones, para sureformulación.

¡Lo bueno es que piensan en la salud de todosnosotros!, #ajasi.