¿Por qué es horrible?

Estás un día en tu trabajo usual, y un cuate te habla: que el cuate de un cuate del primo de su casera necesita un bomberazo urgente, digamos una ilustración, un artículo, una arregladita de compu. Y tú, con la ilusión de la lanita extra, te esmeras en la chamba. Iluso. 6 meses después sigues esperando el pago.

¿Cómo alivianarlo?

Cobra por adelantado, o no hagas ni máis. Así es en este país: la gente no respeta a los freelanceros.

Pero sería peor si…

Si tú aún tuvieras la ilusión de que, efectivamente, el mes entrante te van a pagar lo de una chambita elaborada en julio de 1999.