¿Por qué la odiamos?

Porque vive con la banderita de soy “niña” bien, soy “niña” buena, tengo mucha luz, creo en la magia y siempre siempre sonríe, puede estar pasando una catástrofe y sonríe uffffffff. Se la pasa fingiendo caras según la ocasión es falsa e insufrible.

¿Qué futuro se merece?

Se merece quedarse en casa, no salir más de ella y que el mundo se libere de su presencia, que sea luminosa y mágica en la comodidad de su hogar.

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