En 1986 Nintendo lanzó al mercado The Legend of Zelda; dos años después, el entonces niño de 12, José Saucedo, logró terminar el juego “él solito”, sin la ayuda de su papá ni de nadie más. Fue el primero de su cuadra en concluirlo. “Esa sensación de logro, de satisfacción, marcó mi personalidad y mi vida; hoy todo lo que colecciono de Zelda está relacionado con ese momento”.

Y en ese “todo” ocupan un lugar especial un poster de The Legend of Zelda, que compró en Los Ángeles después de un concierto de la música del videojuego; y la espada oficial, que tardó tres meses en tramitar los permisos para importarla y pagó más de $25,000.

¿Cómo inició este gusto por coleccionar juguetes?

Desde que era niño, cuando veía las caricaturas de la barra infantil, quería todos los personajes. Mi desarrollo profesional tomó un camino relacionado con películas, teatro, música, cómics y videojuegos. Colecciono figuras de los personajes, accesorios, posters, música, llaveros y demás productos que se desprenden de los videojuegos o de los cómics. Tengo cerca de 450 piezas.

¿Por qué coleccionas estas piezas?

Colecciono lo que me gusta, lo que tiene un significado para mí, lo que me define. Son piezas comerciales, pero con una naturaleza cultural, trascendente. Por ejemplo, soy fan de los personajes de La liga de la justicia, de DC Comics, porque me identifico con los valores que representan.

¿Cómo las has conseguido?

Muchas las he comprado, como esta figura de Megaman, de la cual se hicieron sólo 300 en el mundo. Otras piezas me las han regalado, y eso ya las hace especiales para mí. El año pasado mi hermano me regaló los cinco dinobots de Transformers, edición 1985, en cajas cerradas; que yo tuve cuando era niño y que destruí. Era mi caricatura favorita, tengo un gran apego por ellos.

Otras las he conseguido por mi trabajo en eventos para prensa; hace como seis años PlayStation mandó a hacer títeres de un lobito para la presentación de Ratchet y Clank en México; hoy esa pieza es de colección.

¿Dónde compras las piezas?

En línea, en tiendas especializadas que hay en el Centro y, de vez en cuando, encuentro alguna joya en un tianguis.

¿Cómo ha modificado internet la caza de piezas?

La ha facilitado mucho desde varios aspectos, permite estar al día en la información sobre personajes, cómics, videojuegos, películas, conciertos, expos, convenciones y demás eventos que se organizan. En este sentido es más fácil “cazar” las novedades que llegarán al mercado o adquirirlas en preventa; muchas de las piezas de colección ni siquiera llegan a las tiendas. También es un medio muy útil para que los coleccionistas de diferentes lugares estemos en comunicación. Sin duda ha apoyado la cultura del coleccionismo.

¿Hay muchas tiendas en línea?

Hay subastas abiertas en páginas como eBay. Además, cada compañía tiene su tienda en línea. Otra opción son las subastas (o venta) que llevan a cabo los mismos coleccionistas, las cuales suelen ser cerradas.

¿Cómo es ser toys collector en México?

La cultura del coleccionismo en México ha tenido un boom desde hace cinco años, por tres razones: socialmente hay más aceptación, ya no se critica tanto este gusto por coleccionar objetos relacionados con el mundo de los videojuegos; hay más lugares donde comprar, e internet ha facilitado el desarrollo de comunidades de coleccionistas de juguetes.

¿Qué le recomiendas a los jóvenes coleccionistas?

Que se pregunten por qué y para qué quieren coleccionar una pieza, esta debe ser significativa, debe aportar algo a su vida, de lo contrario es sólo un objeto; en segundo lugar, que aprendan a cuidarlas y que compren lo que puedan pagar.