Violencia intrafamiliar le llaman algunos, pero ésta si es una historia de amor.

"Después de haber matado a quien por 20 años la entrenó y lavó su
cuerpecito…, lo tomó entre su trompa, lo cubrió de hierba y lo acarició con
cariño.
Lo veló a su modo, si así se puede decir, porque más que un
elefante y un hombre eran ‘amigos’
", así de bonito redactó la nota la agencia de noticias EFE.

Desde territorios asiáticos nos llegó el notición de Angya, la elefanta de tres toneladas que aplastó a su
cuidador Zhao Jidong dentro de su jaula, en el parque de vida salvaje en
China, en lo que todos llamaron "un accidente".

Y es que el paquidermo y su entrenador regresaban juntos, dentro de una jaula, de una actuación en un parque de animales cuando, de pronto, la elefanta se sentó sobre él.

Los Hermanos
Vázquez y demás circos del DF deberían tomar nota, no vaya siendo que
una Angya cualquiera enloquezca.