Andrés Manuel López Obrador, El Peje, AMLO o como le quieran llamar, ha sido desde siempre (bueno… después de ser priista) un bastión del perredismo tradicional. Fue presidente del partido y su candidato presidencial más próximo a ganar (porque, en las épocas del ingeniero Cárdenas, "se cayó el sistema" y ya nadie se enteró).

Hace días, pocos días, decidió pedir licencia como militante del mismo partido que ayudó a formar. ¿La razón? Para variar, el mismo tema de muchos de nuestros Noticiones: las alianzas electorales.

La cúpula de liderazgo en el PRD quiere buscar una alianza con el PAN en el peleadísimo Estado de México. Son muchos electores, y Enrique Peña Nieto (alias Gelboy, alias El Elegido) es un muchachon harto popular. Según los números, solamente podría ganar la oposición si se unen PRD y PAN. Ya han escuchado el cuento, nos gustaría suponer…

Total que las grillas determinaron que la mejor opción era hacer una consulta pública entre perredistas (perderistas, les dicen algunos) para ver si iba a haber alianza o no. Como Andrés Manuel ni siquiera reconoce al Presidente de la República como tal, menos se va a querer aliar con su partido. Luego entonces, se retiró de la jugada.

Siempre polémico pero ahora indiscutiblemente congruente, pasará El Peje los siguientes días en intensa negociación con sus congéneres políticos, viendo entre el estira y afloja quién estira y, sí, quién afloja.