Gisela Flores tiene 58 años. Es madre de tres hijas y abuela de dos nietos. Ella está en contra de que sus hijas, Daniela y Lucía, amamanten a sus respectivos hijos en lugares públicos.

Sus argumentos, según ella, no son morales, tienen que ver con la seguridad: “En mis tiempos las cosas eran diferentes. Vengo de Tlacotalpan, Veracruz, y allá es muy normal que las mujeres demos pecho. Así crié a mis hijas. Pensaba que iba a ser igual para ellas aquí en la ciudad, pero acá no es así”.

A decir de Gisela, amamantar a un hijo en público en la Ciudad de México es un riesgo: “Me ha tocado ver cómo a mis hijas las han acosado de diferentes formas. Desde las miradas de los señores, ya sea solteros o los que van con sus esposas, hasta los que se pasan de la raya y les han dicho cosas. Y eso es cuando yo estoy con ellas, ¿se imagina si fueran solas con los niños? ¿Para qué se exponen?”

Debido a esas experiencias desagradables, Gisela aconseja a sus hijas retirarse a lugares como baños públicos, o que alimenten a sus bebés en casa. “No les digo que no les den el pecho, porque yo sé que no hay mejor leche para un bebé que la de una mamá. Pero que lo hagan en lugares cerrados o si ya no queda de otra, pues que se pongan un trapito, hasta una cobijita del bebé les puede servir. ¿Para qué se exponen?”.

La Ley, del lado de las madres

Hace sólo unos días, la ALDF aprobó la reforma a la Ley de Cultura Cívica, misma que dictamina 36 horas de arresto a todo aquel que condicione, insulte o intimide a una mujer por amamantar en espacios públicos, esto como la respuesta a las denuncias de casos en los que a mujeres se les ha agredido o acosado por el hecho de amamantar.

Cabe señalar que no son hechos aislados ni privativos de alguna clase social o geografía. Julia Wykes, una mujer canadiense, se sacó el pecho para calmar el hambre de su hijo mientras hacía fila en Starbucks. Nunca pensó que alguien fuera a reclamarle por ello, hasta que un cliente le gritó frente a todos que lo que hacía era un “acto asqueroso”. La historia de Julia se volvió viral y revivió el viejo debate de si las mujeres deberían o no amamantar en lugares públicos.

En México también han sucedido casos similares. El 10 de mayo de este año, irónicamente el día en que se celebra a las madres en nuestro país, Catalina Torres denunció que fue expulsada del centro comercial Plaza Galerías en Zapopan, Jalisco, por el hecho de amamantar a su hijo. Ella refiere que un elemento de seguridad la tomó del brazo y la sacó del inmueble, bajo del argumento de que no podía estar dando de lactar ahí.

El hecho no pasó desapercibido y seis días después, alrededor de unas 100 madres participaron en una “tetada masiva”, en la que alimentaron a sus hijos en la plaza para mostrar su inconformidad con la manera en que Catalina Torres fue tratada. Y advirtieron que lo harían cuantas veces fuera necesario para que la discriminación no volviese a ocurrir

Hoy la ley protege a las mujeres que decidan amamantar en público, pero se trata de una legislación local que sólo contempla a las habitantes de la Ciudad de México.

¿Mujeres exhibicionistas?

A pesar de que muchas mujeres —como las que apoyaron a Catalina Torres en Zapopan— se pronuncian a favor de que sus pares amamanten a sus hijos en cualquier lugar, hay otras que no están de acuerdo y que afirman que algunas madres cruzan la línea de lo permisible y son incluso exhibicionistas.

Sandra García Guillén estudió Administración de Empresas, tiene 47 años. Es madre y amamantó a su hijo, sin embargo, considera que hacerlo en público puede ser un acto de morbo: “es la justificación perfecta para exhibir. Algunos hombres van viendo minifaldas y pantalones entallados con morbo. El mostrarles el seno complementa su malsana curiosidad.Además el seno escurre y eso sí es la feria para los morbosos. En mi oficina no andan las mujeres sacándose la leche enfrente de todos. Tampoco es la cultura laboral”.

Ella es partidaria de que se alimente a los hijos mientras se haga de manera discreta: “Yo amamanté y siempre encontré un lugar tranquilo para hacerlo en completa comodidad. Hay veces que el bebé suelta el pezón porque ya terminó y la señora no se tapa. Deja el pezón brillante de leche al aire y ya no hay necesidad de tenerlo afuera. Ahí se cruza la delgada línea de lo sublime que puede ser un acto de amor y lo exhibicionista”.

Sandra le dice a las mujeres que amamantan en publico: “Si a ustedes no les importa dar el festival a los morbosos, ok, así desvían la atención y a las otras nos dejan tranquilas. Ya con ustedes ellos tienen para malsanamente entretenerse”.

Algunos datos adicionales

En la Ciudad de México, según la Secretaría de Salud, sólo cuatro de cada seis mujeres le dan leche materna a sus hijos.

México es el último lugar en América Latina en lactancia exclusiva, es decir, la alimentación de leche materna sin recurrir a formulas durante los primeros seis meses de vida.

El hábito de la lactancia se redujo de 22.3% a 12.5% en zonas urbanas a nivel nacional, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.

¿Tú qué opinas del acto de amamantar en público?

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