No hay nada peor que ir por tu camino de costumbre y ver que está lleno de conos naranjas, los cuales indican que está prohibido pasar por ahí, porque claro, pensaron que sería bueno hacer construcciones de un día para otro. SIN AVISAR. Entonces estás perdido en un mar de incertidumbre vial y sólo quieres regresar a casa a llorar. Después de un tiempo (por lo común una eternidad), es una delicia que liberen el camino y que tengamos que aceptar, golpeando nuestro orgullo, que el pavimento se ve mejor, que la circulación también ha mejorado y que ya no hay tantos baches. Para los chilangos que manejan, segurísimo recuerdan cuando estuvieron cerrados la mitad de avenida revolución y la mitad de avenida patriotismo. Eran días de furia y angustia. Es por eso que cuando por fin abrieron todo el camino, fue como ir al cielo de las rutas liberadas.

¿Recomendaciones?

Como el gobierno y las construcciones son como los amigos que nunca avisa que no te van a ir a ver y te dejan plantado, lo mejor que puedes hacer por tu parte es informarte de qué calles estarán cerrando. Ahora con la construcción del metro mixcoac – Cuitláhuac y la remodelación de la línea A, mejo ve viendo bien tu destino. Y suerte, mucha suerte.