¿Por qué es bueno?

En la oficina tu jefe siempre está detrás de ti, preguntándote si ya tienes los “reportes” listos (porque en las oficinas sólo se hacen reportes, ¿no?). La relación se hace tan tensa que al rato ya lo alucinas y su sola cara te produce visiones.

¿Cuál es el truco?

Cuando eres freelance, generalmente tienes jefes, pero tus jefes están lejos en sus oficinas y no te están jorobando todos los minutos. A lo mucho, te mandan correos, te hacen llamadas, pero JAMÁS se meten en tus asuntos. Con tu deadline puesto, no hay más que agregar.

¿Y su lado malo?

El jefe es una molestia en el trasero, pero también es una forma de que acabes pronto y efectivo. Con nadie presionándote, es muy fácil que te distraigas por cualquier cosa.