Casi estamos seguros que todos los chilangos sufrimos una variación del Síndrome de Gourmand, que se caracteriza por volverse obsesivo con la comida: siempre estamos hablando de taquitos y tamales. O tal vez un leve Síndrome de Tourette, que nos obliga a decir peladeces todo el tiempo ¡ay güey!

Pero hablando en serio, hay trastornos mentales rarísimos. Muchos de ellos se pueden tratar con medicamentos pero otros vienen de nacimiento, de tener una mala alimentación o sufrir un trauma cerebral.

En Chilango recopilamos algunos. No somos doctos en el tema, pero si de repente sientes que se te olvida lo que hiciste hace diez segundos nuestra recomendación es que vayas con el médico ¡checa estos!

Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas

Su nombre clínico es Micropsia y consiste en que el cerebro cree que todo a su alrededor ha encogido como en una maqueta. Puede pensar que los autos son como de juguete o que tu mascota tiene apenas unos centímetros de alto. No es un mal congénito sino que se ha asociado a la migraña. Tampoco es contagioso pero puede causar serios ataques de pánico cuando piensas que todo encogió a tu alrededor ¡ay nanita!

Síndome de Cotard

También llamado “síndrome de negación”, y descubierto a finales del siglo 19 por Jules Cotard, esta enfermedad hace creer a los pacientes que están muertos o que no existen. Están tan convencidos de que ya se los cargó el payaso, que dejan de comer y entonces sí se mueren de hambre. Los enfermos pueden sentir que sus órganos están pudriéndose, que su cerebro está frito o que se fueron al cielo y que el diablo se apoderó de sus seres queridos. Es como llevar la hipocondria al extremo, aunque se puede tratar con medicamento.

Alexia

Imagina que un día abres tu Facebook y no puedes entender nada de lo que dice: como si todas las publicaciones estuvieran escritas en ruso. La Alexia es un mal en el que el cerebro es incapaz de entender las palabras que hasta ese momento te parecían normales ¡pero eso no es lo más raro! lo curioso es que si escribes, puedes entender lo que tu mano acaba de trazar. El caso más famoso de este trastorno es el escritor canadiense Howard Engel, que se las arregló para escribir el libro The writer who couldn’t read¡rarísimo!

Pérdida instantánea de memoria

Los pacientes que sufren traumatismos en el hipocampo o en el lóbulo frontal, pueden sufrir pérdidas de memoria al instante. Esto quiere decir que están contigo platicando y de repente no saber dónde están. En casos extremos no se reconocen en el espejo, ni saben qué estaban haciendo hace diez segundos. No es posible tratarlos con medicamento, pero repetir una y otra vez lo mismo puede ayudarlos en su vida cotidiana.

Síndrome de Korsakoff

¿Le entras duro a las chelas y comes mal? Cuidado: se ha documentado que éstos son factores que te predisponen a contraer el Síndrome de Korsakoff que se caracteriza por perder la memoria y, al mismo tiempo, rellenar esos huecos con historias inventadas. Si no te acuerdas qué hiciste a los 20 años, el cerebro puede inventar que te fuiste a la guerra: tu mente está realmente convencida de que pasó una cosa completamente diferente, con lujo de detalles. También se ha documentado que le pasa a las personas que tienen deficiencia de vitamina B1 ¡aguas!

Apotemnofilia

Si el cerebro dice que hay que cortarse la mano o una pierna, es seguro que el paciente padezca Apotemnofilia o Trastorno de Identidad de la Integridad Corporal. No hay muchos estudios sobre este mal pero hay dos posibles explicaciones: que la mente crea que le sobra un miembro (que sienta que su pierna le estorba y por eso debe de quitársela) o se siente extrañamente atraído a las personas a las que les falta una extremidad: básicamente envidian a aquellos que les amputaron un pie, por ejemplo.

Heminegligencia

Para los enfermos de este mal, el lado izquierdo de la vida no existe. Si se afeitan, lo hacen sólo en su mitad derecha. Si comen algo, dejan lo que esté del lado izquierdo del plato. Si tienen que dibujar algo, solo hacen una mitad ¡qué extraño! Pero hay más: si hay muchas personas en una habitación y todas están de su lado derecho, son capaces de contarlas perfectamente, pero si se reparten, creen que las que se pasaron a la izquierda desaparecieron. Y sólo usan su mano diestra para abrir frascos o vestirse, aunque sean perfectamente sanas.

También hay personas que de repente se despiertan hablando otro idioma, o los que no pueden olvidar absolutamente nada ¿Conoces algún otro trastorno raro del cerebro? ¡cuéntanos!

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