Pocas cosas resultan tan polémicas como el tema de las quesadillas. A pesar de que los lingüistas han resuelto que pueden o no llevar queso (checa aquí la evidencia),¿por qué entonces la palabra dice claramente: “QUESA-DILLA”? Por un fenómeno que se llama CAMBIO SEMÁNTICO. ¿Y eso con qué se come? Pues es relativamente sencillo. Las lenguas vivas, al ser habladas en diferentes lugares y a través del tiempo, van incorporando significados distintos a las palabras, es decir, no necesariamente guardan el mismo significado que cuando fueron creadas.

Es una especie de teléfono descompuesto, en el que la palabra original, después de cierto tiempo, termina con un significado completamente diferente a como fue concebida. Para no hacerles el cuento largo, mejor les dejamos 7 ejemplos de palabras y cómo éstas se fueron modificando hasta quedar como hoy las conocemos.

Capicúa

Es un término que aplica a números que, al ser leídos de derecha a izquierda o de izquierda a derecha, tienen el mismo valor (por ejemplo 9564659). Sería algo así como los palíndromos, es decir, las palabras o frases que se leen igual hacia delante que hacia atrás: (oso, reconocer, Anita lava la tina). ¿Y de dónde viene la palabra capicúa? Es la sucesión de tres palabras en catalán “cap” “i” “cua”, que significan literalmente “cabeza y cola”.

Coco

A pesar de que cada vez es menos utilizada la palabra “coco” para asustar a los niños, es un clásico, incluso mencionado en las canciones de cuna: “duérmete niño, duérmete ya, que viene el coco y te comerá”.

Según algunas versiones, la palabra “coco” para referirse al fantasma espantaniños viene del grigo “kakos”, que significa “malo y deforme”. El fruto de la palmera fue bautizado gracias a este monstruo imaginario, pues muestra tres agujeros que serían los dos ojos y la boca de este misterioso ser.

Testículo

Existe la creencia de que en la antigua roma, para prestar juramentos, se debía colocar la mano derecha sobre los testículos, lo que daría origen a la palabra “testificar”. Esta es una versión extendida, pero no comprobada.

Lo que sí es cierto, es que la palabra testículos, en plural, viene de “testis” (testigos) y el sufijo “culus”, que es un indicador de diminutivo. Etimológicamente, los “testículos” resultarían como los “pequeños testigos” de la virilidad, o lo que atestigua que quien los posee es un varón. La prueba, pues.

Cobalto

Muchos de los elementos químicos están relacionados con sus descubridores o con alguna de sus propiedades. El nombre del cobalto es particularmente curioso: proviene de Kobald, el nombre de un demonio de la mitología alemana.

Se dice que los mineros le llamaban así porque al hallar cobre se encontraban con un elemento raro de color azul y se enfermaban. Otra hipótesis dice que se debe a que el demonio Kobald cambiaba la plata por este metal que no tenía valor. En cualquiera de las dos versiones, es un ser sobrenatural de la imaginería alemana la que da nombre a este elemento químico.

Pepe

Existen dos hipótesis acerca de por qué a las personas de nombre José se les dice Pepe: la primera de ellas es porque a José, a quien era atribuida la paternidad de Jesús, se le decía “Pater Putativus” o “supuesto padre”. Con el tiempo, se cree que para simplificar esto, comenzó a decir simplemente P.P., derivando finalmente en Pepe.

Una segunda hipótesis señala que surgió por contacto con la lengua italiana, siendo José una modificación de Giuseppe. En Italia, a los niños que llevan este nombre se les dice Peppino, Peppe e incluso Beppe.

Esnob

Esta palabra, utilizada para calificar a aquellas personas pretenciosas y que buscan aparentar lo que no son, viene del inglés “snob” y su origen proviene de aquellos que buscaban imitar el estilo de vida y los modales de la realeza, aunque no pertenecían a ella. En Inglaterra, en las listas de residentes junto a los nombres se agregaba su título nobiliario. A aquellos que no lo poseían, simplemente se les colocaba “s. nob”, que significaba “sine nobilitate” o “sin nobleza”.

Piropo

Aunque actualmente comienza a caer en el desuso pues hay quienes lo consideran ofensivo o que denigra a la mujer, el origen de la palabra “piropo” es bastante interesante. Viene del griego “pyros” (fuego) y “ops” (aspecto, apariencia). Piropo era llamado a aquello que tenía un gran brillo, llegando a ser sinónimo de “joya” o “piedra preciosa”. Al decirle un piropo a una mujer con la finalidad de conquistarla, se le comparaba con una gema de gran valor.

Estas son sólo 7, pero en realidad nuestro idioma es un océano de palabras que tienen orígenes muy curiosos y que vale la pena conocer. ¿Ustedes cuáles se saben? Se vale compartirlas en los comentarios.

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