Nuestro país no es folklórico de a gratis. Lo de los fraudes electorales, apuñalados en casillas, nombres en las boletas intercambiados, candidatos que al ganar, pierden y un sinfín de singulareces no son cosa de las últimas décadas.

México tiene un largo historial de escándalos electoreros, justo desde que nos hicimos “independientes” (que no civilizados). He aquí un clavado histórico a algunos de ellos: