¿Por qué es bueno?

Cuando tienes horarios de oficina, trabajas de 9 a 7, por decir, y eso es todo. Nada de que tengo una comida con mi novio japonés que se regresa a su país a las 4 de la tarde, o que quieres ir a una exposición, o que ese día se te antojó ir a andar en bici. Tu vida se rige por ese horario.

¿Cuál es el truco?

Si te organizas y terminas pronto tus deberes, o estás dispuesto a un desvelón, puedes ir a donde tú quieras. Si se te antoja ver una película a las 11 de la mañana, puedes hacerlo. El mundo es tuyo.

¿Y su lado malo?

Que te la crees. Piensas que la vida siempre es así, puro reven y nada de trabajo. Lo malo es cuando ya no tienes un peso en la bolsa y ya ni salir puedes. Entonces debes encerrarte a entregar trabajos otra vez.