De acuerdo: vivimos en una jungla de asfalto en la que sólo el más apto sobrevive; es decir, el que anda en coche. Pero las cosas están cambiando y ahora las bicicletas se están apoderando de la ciudad (léase con el puño en alto), así que sólo pronosticamos unos cuantos años más del imperio cocheril. Sacúdete la flojera y dale a la bicicleta, pero con variedad.