Si la Fórmula 1 fuera mexicana y además tuviera un circuito callejero en la Ciudad de México, el Gran Premio será único porque seguramente todo lo siguiente (y más) sucedería.

Autos chocolates

De entrada, nuestros polis de tránsito querrían sorprender a los pilotos con que sus autos son de los llamados “chocolates” porque no pagaron la legalización. Aunado a esto, los sorprenderían aplicando el nuevo reglamento antes de tiempo y ni modo, veríamos a Lewis Hamilton, Sebastian Vettel, Felipe Massa, Fernando Alonso y demás pilotos pidiendo “el apoyo” a los “tamarindos” a cambio de un billete de Frida Kahlo.

Calles cerradas por obras y manifestación

Si el circuito callejero chilango fuera una realidad, la sorpresa sería que en pleno Gran Premio los pilotos se toparían con manifestaciones, desde la CNTE hasta los encuerados de los 400 Pueblos o incluso, los médicos cansados del bullying en su contra. Si no fueran las marchas, serían las interminables obras, un obstáculo más para los pilotos de la Fórmula 1 que tendrían que tomar esos “atajos de taxista” para poder salir librados y llegar a la meta.

Los pits de la Doctores y Buenos Aires

Dicen que el récord por cambiar las llantas de un auto en la Fórmula 1 es de 1.9 segundos y lo ostentan Ferrari y Red Bull… pero es porque no han conocido a los “ingenieros” de las colonias Doctores y Buenos Aires que en menos de 1.9 segundos son capaces no sólo de quitar las cuatro llantas (y dejar el auto en ladrillos), sino también quitar espejos, estéreo, asientos y demás. Sin duda, más de una escudería iría a estos sitios a buscar refacciones para los autos. Y los pits no sólo servirían para cambiar llantas y cargar gasolina (por supuesto que no les darían litros completos a los pilotos) sino que también habría vendedores ambulantes ofreciendo la base para el celular, jugos, churros, mangas de tatuajes, pistaches, cacahuates japoneses y hasta refrescos.

Topes, baches y demás

Una verdadera prueba para pilotos y escuderías sería el asfalto chilango: baches del tamaño del lago de Chapala; bordos como montañas Rocallosas; topes que parecen bardas imposibles hasta para los que practican parkour; calles cerradas de la noche a la mañana y otros peligrosos obstáculos. Más de un piloto dejaría las llantas con todo y rines en el pavimento y las grúas particulares o el apoyo vial llegarían con tres horas de retraso.

Adornos y frases en los autos

Si la Fórmula 1 fuera mexicana,Kimi Räikkönen ya habría colgado el zapatito de su hijo en su auto. Además, no faltaría el piloto que tuviera calcomanías desde la manzana de Apple hasta “Esta unidad es protegida por el Hombre Araña“. O mejor aún, para calentar los ánimos y la rivalidad el clásico rótulo de camión de materiales para construcción: “A que no me pasas… pero a tu hermana” (o hermano) o el “Si ves que manejo mal, tócame el pito”.

¿Qué otras cosas pasarían si la Fórmula 1 fuera mexicana?

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