27 mentiras piadosas que salvarán tu relación
Por: Colaborador
Escuchar que a tu pareja no le encanta ir a comer con tu adorada mamita o que no le gusta cómo preparas tu famosa tinga picosa no es muy motivante. Sin embargo, algunos prefieren respetar el dicho: “más vale una verdad que duela a una mentira que mate”. Así que en aras de este lema sueltan toda la sopa y rompen su pobre corazón, pegándole justo sin entenderlo.
Lo peor de todo es que se crean resentimientos que los dirigen a una ruptura inminente. Bah, ¿para qué tanto brinco, si el suelo está parejo? De vez en cuando hay que soltar dos que tres mentirillas para mantener contentote/a a nuestra pareja. Sin tanto lío.
Aquí les van algunas que seguramente los ayudarán a mantener la calma en esa tormenta del amors:
– Podría tener sexo contigo TODOS los días.
– Tu mamá tiene toda la razón, yo debo (inserte su frase favorita: bajar de peso, cambiar de trabajo, hacer algo con mi vida).
– La tienes a mi medida.
– Jamás había tenido sexo tan maravilloso como lo tengo contigo.
– ¿A poco te compraste todo eso en la tienda? Cuéntame cómo vas a combinarlo todo.
– Qué bien se te ve ese nuevo corte de cabello. Y ni qué decir de tu nuevo tinte.
– Siempre estoy pendiente de mi celular, no sé qué pasó que no sonó cuando me marcaste.
– ¿Esas fotos? Bah, me las mandaron mis amigos en el grupo de Whatsapp. Ya sabes que se guardan en la memoria del celular y uno ni vela en el entierro.
– No entró la llamada.
– No había señal para mandarte un mensaje.
– Se me acabó la batería y por eso no pude marcarte en toda la noche.
– ¿Que por qué sigo con la misma ropa de ayer? Pfff… tuve que ir a ayudar a (inserte aquí el nombre de algún pariente que frecuente con regularidad). Se puso mal y sólo yo podía ir en su auxilio.
– Durante las vacaciones sólo veré tus fotos. Jamás voltearé a ver a alguien más.
– ¿Que si te ves gorda? No, mi cielo, Manuela se me hace gorda.
– Si te vienen a contar cosita malas de mí, manda a todos a volar y diles que yo no fui. (Bueno, teníamos que incluirla).
– No eres tú, soy yo.
– Trabajé mucho durante el día y me duele mucho la cabeza. Pero mañana te compenso, mi cuchurrumín.
– Seguro lo consigues. En tu trabajo no hay NADIE como tú.
– Eres la persona más inteligente que he conocido.
– Ese proyecto de vender arena en el desierto, al que tanto le has invertido, será todo un éxito. Yo te apoyo.
– Aprendo mucho cuando platico con tu hermana sobre los problemas de conducta de su hijito.
– Me encanta jugar con tu sobrinito, ¡es tan encantador!
– Llego en cinco minutos.
– Tardaré sólo 10 minutos en arreglarme para salir.
– Me gusta mucho cómo preparas la comida. Tienes muy buena sazón.
– ¿Que si tu camisa parece de Willy Chirino? Qué va, le da color al panorama.
– No, no me voy a enojar si sales con tus amigos en lugar de ir a comer con mis papás.
¿Qué otras mentiras pronunciarían para evitar que este buque se hunda?
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