Hace casi cuatro décadas, unos trabajadores de la extinta (por decreto presidencial) Compañía de Luz y Fuerza del Centro realizaban excavaciones para instalar cableado subterráneo cuando se toparon con el monolito de la diosa mexica Coyolxauhqui (que significa “La adornada de cascabeles” en náhuatl). La gran piedra representa a la diosa descuartizada por su hermano Huitzilopochtli (así es, les dio el síndrome de Caín y Abel).

La madrugada de ese 21 de febrero de 1978 marcó el descubrimiento del centro de la vida religiosa de los aztecas de México-Tenochtitlan, debido a que este monolito fue hallado en la base de las escaleras del Templo Mayor.

Para celebrarlo, no se olviden de visitarlo y ahí les van unos datos curiosones pa farolear:

1. Las susodichas escaleras estaban dispuestas de norte a sur. Sólo los sacerdotes y las víctimas del sacrificio podían llegar a la cúspide del templo, donde se podía contemplar a la ciudad en su esplendor.

2. El hallazgo fue exactamente en la esquina de República de Guatemala y República de Argentina. Mario Alberto Espejel Pérez y Jorge Valverde Ledezma, integrantes de la “Cuadrilla 303”, fueron los afortunados. Pusieron tablas encima para no afectar la circulación. Se le dio aviso al INAH, pero como los enviados a inspeccionar la zona vieron que “todo estaba en completo orden pues los autos circulaban sin problema” pos dijeron que se trataba de una “falsa alarma”.

3. Precisamente en esa esquina se construyó la casa de los hijos del conquistador Gil González de Benavides, que eran unos gandules que se la pasaban de fiesta y se negaban a pagar sus impuestos ante la Corona Gachupina (sí, algo así como el SAT de la época). Fueron enjuiciados y degollados, se decretó que su casa fuera demolida y el terreno sembrado con sal.

4. Los conquistadores se apañaron estos y muchos restos más de construcciones prehispánicas para levantar palacios, iglesias, pon aquí lo que se te ocurra a nivel arquitectónico. Un ejemplo es el antiguo Palacio de los Condes de Calimaya, hoy Museo de la Ciudad en la esquina de José María Pino Suárez con República de El Salvador donde podemos notar la cabeza de una serpiente finamente tallada.

5. No hay que olvidar que algunos de los los restos del Templo Mayor fueron encontrados en excavaciones ocasionales de finales del siglo XIX y principios del XX. Incluso hay pruebas de que, cuando el virrey conde de Revillagigedo ordenó hacer atarjeas por la zona, se toparon con “una extraña masa pétrea” que era la escultura de Coatlicue. Pero las excavaciones arqueológicas oficiales se efectuaron entre los años 1978 y 1982.

6. Los arqueólogos Ángel García Cook, que recibió la Medalla UNESCO en reconocimiento a su trayectoria, y Raúl Martín Arana dirigieron las excavaciones.

7. Este recinto “simbolizaba el centro del cosmos del que partían los cuatro rumbos del universo”. El Templo Mayor era el edificio más alto y más choncho, su estructura está orientada hacia el poniente, donde cae el sol.

8. En la parte superior, había un adoratorio dedicado a Huitzilopochtli, dios solar y de la guerra, y otro a Tláloc, dios de la lluvia y de la fertilidad. Los aztecas, arquitectos chingones, diferenciaron este edificio según el dios al que estaba dedicado. Lo de Huitzilopochtli era al sur y lo de Tláloc al norte.

9. En la ampliación de la Librería Porrúa (Justo Sierra 36, colonia Centro, Ciudad de México), entre 1964 y 1965, hallaron un pequeño adoratorio al dios Tláloc al norte del Templo Mayor.

10. Tenochtitlan estuvo subordinada a los tepanecas de Azcapotzalco y eso se sabe porque en varias de las ofrendas no se encontraron objetos marinos (es decir, los aztecas no tenían derecho a bienes que procedían de las costas como los conchas y caracoles marinos relacionados con el culto de Quetzalcóatl).

11. Y sí, había sacrificios humanos (cráneos decapitados, huellas de corte en los huesos y heridas perimortem (durante o alrededor de la hora de la muerte) lo comprueban. La mayoría de las ofrendas (término políticamente correcto para no decir “los sacrificados”) eran hombres entre los 20 y 30 años. Aunque para el atascado de Tláloc, hubo menores de edad sacrificados por extracción del corazón.

12. El Proyecto Templo Mayor es el programa de investigación arqueológica del INAH que más publicaciones tiene hasta la fecha (libros, artículos, reseñas, catálogos, guías, etc).

13. Visitantes distinguidos como los reyes de España, el entonces presidente de Francia François Mitterrand, los escritores Octavio Paz y Gabriel García Márquez y María Félix, fueron recibidos por lo alto en el recinto recién inaugurado.

14. El Museo del Templo Mayor, abierto el 12 de octubre de 1987, fue construido para albergar a los más de 7,000 objetos recuperados y vestigios del Templo Mayor de Tenochtitlan. Aquí podemos deleitarnos con tesoros provenientes no solamente de Tenochtitlán sino también esculturas mayas y joyas de oro de Oaxaca. (Dirección: Seminario 8, Centro Histórico, Ciudad de México).

15. Pa’ que vean que estamos en la modernidad, ya hay visita virtual del Templo Mayor por si les da flojera ir hasta el centro. Éntrenle aquí:

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