Aunque muchos lo nieguen y digan que nomás compran en mercados orgánicos o en la miscelánea del barrio, la verdad es que todos hemos abastecido alguna vez nuestro refri o despensa en los supermercados. Bien porque no tenemos algún tianguis de abolengo cerca de nuestro hogar, bien porque sólo ahí aceptan nuestros vales de despensa, el caso es que cada que se necesita gastamos parte de nuestra quincena en dichos establecimientos.

Como todo, los supermercados poseen ventajas –promociones, mayor variedad de marcas, distintas modalidades de pago—, pero también inconvenientes, o por qué no decirlo, aspectos francamente abominables. Por esta razón, aquí te ofrecemos una lista de 10 cosas que odiamos de los supermercados.

1. Cuando luego de estar haciendo cola para pagar por más de 10 minutos, ya que te faltan dos personas para llegar, el cajero te dice: “ya no voy a cobrar”.

2. Que el producto en oferta que decidiste comprar (¡una verdadera ganga!) no pase en el escáner de la caja o lo marque el sistema con un precio mucho más alto, y te digan: “gusta que se lo mande a checar”.

3. Que los carritos estén sucios o tengan ruedas que nomás no giran y casi tengas que cargarlos para desplazarlos de un pasillo a otro.

4. Cuando el empacador anda quien sabe dónde y, después de pagar tus cosas, tienes que envolverlas tú mismo. Eso sí, ya que terminaste se aparece el susodicho como para que le des propina.

5. La musiquita instrumental de fondo que, combinada con anuncios comerciales, puede llegar incluso a erizarte los pelos de lo fea y repetitiva que es.

6. Cuando ya toca tu turno de pagar en la caja y van a hacerle un retiro o un arqueo a la cajera: ¡chale!

7. Por supuesto, la voz tipluda del departamento de Atención al cliente: “le recordamos que el departamento de salchichonería se encuentra al 2×1”; “clave 52 se le solicita su presencia en línea de cajas”.

8. Que además de pagar el costo del estacionamiento (a veces nada barato), encima le tengas que dar propina a un “viene-viene” que sale de la nada cuando te estás arrancando.

9. Cuando la persona que va a pagar antes que tú saca de su bolsa el recibo del teléfono, de la televisión de paga, de la luz, del agua y del predial (¡a quién se le ocurre pagar todos los servicios el mismo día y en la misma caja!); en ese caso, o te cambias a otra fila, o ya perdiste por lo menos 20 minutotes.

10. Que justo el martes o miércoles, los días en que están de oferta las frutas y verduras, te pongan los aguacates más duros, los plátanos más verdes, los melones más rasposos.

Como verás, chilango, éstas son algunas de las calamidades que se pueden sufrir en el súper. Seguramente existen otras, así que dinos ¿cuáles son las cosas que más odias de los supermercados?

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