Aquí el modelo educativo es activo, en otras palabras, el maestro no hace un recital de conceptos, más bien el niño es quien cuestiona, analiza, percibe e indaga. ¿Cómo? Con proyectos de investigación que tienen como objetivo desarrollar las habilidades de razonamiento y solución de problemas dentro del marco del respeto. Las aulas se dividen en cuatro áreas: el rincón de seguridad, un espacio para el niño que tiene necesidad de estar solo donde nadie puede hablarle, y él decide cuándo se integra de nuevo a las actividades; el rincón de lectura; el área de la maestra; y el área para las clases. La mitad del día se imparte en inglés y la mitad en español. Promueven la labor social, los niños tejen bufandas para las comunidades de la Sierra de Guerrero y les ayudan con la venta y distribución de los productos que cosechan. Buscan acercar al alumno a las diferentes expresiones artísticas, así que llevan el espectáculo al colegio con visitas de cantantes de ópera o bandas de música. Para el recreo tienen un patio, una cancha de futbol rodeada de una pista de atletismo, un jardín con una casita de ladrillos y juegos de madera, y un patio de basquetbol. Hay también salón de danza, laboratorio, sala de cómputo y taller de arte.