Tan sólo en el patio de primaria hay tres canchas de básquet y dos de voli, una biblioteca y cancha de fut con un pasto mejor que el del Azteca, sobre una inmensa cisterna para captar aguas pluviales. De enfoque humanista que busca darle un sentido a los números y a las letras, enseñan a los niños a pensar y a investigar mediante proyectos interdisciplinarios. Tiene como reto que los niños aprendan a vivir la fe católica en el mundo moderno y la practiquen mediante el servicio. El ritmo académico es exigente (se aprueba con 7, no con 6), hay bastante tarea y evaluaciones constantes; tienen becas de excelencia en la Anáhuac, la UP, la Ibero, el CESSA, la UVM y el ITAM. Pero también se cuida mucho la calidad humana (organizan actividades para ayudar a pagar las colegiaturas de los que necesitan apoyo económico). Cumplen 30 años incluyendo a niños con capacidades diferentes, les dan herramientas para aprender a trabajar y ser autosuficientes, en un programa conjunto con la Ibero. El tamaño de las instalaciones no le resta nada al ambiente familiar de esta escuelota donde las amistades quedan para toda la vida y los ex alumnos siempre regresan porque la viven como una segunda casa. Hay uniforme obligatorio todos los días.