Al caminar por un pasillo un tropel de chavitos, en equipos, corre de un lado a otro con trozos de cartulina que coloca sobre los muros o el piso y toma apuntes, luego se mueve siguiendo la misma dinámica. «Están midiendo la escuela porque acaban de ver el metro», explica un profesor. Sin ser un colegio constructivista promueve el aprendizaje con actividades que los llevan a poner manos a la obra ya sea en el salón de clases, los pasillos o el laboratorio de ciencias, donde observan bajo el microscopio distintos tejidos y alimentan a los peces y a los hámsters. El trabajo en equipo es constante —los chicos manejan roles que se intercambian para descubrir nuevas habilidades en los compañeros y fomentar el respeto y la tolerancia—, ya sea en el aula o en las canchas deportivas y cuentan con marcación personal por parte del profesorado: hay un preceptor que se reúne una vez al mes con cada alumno para establecer metas en su formación social, académica, educativa y religiosa, y los profesores de aula evalúan continuamente a los niños para ayudar a los que necesiten un empujoncito «para que no se nos vayan niños sin haberlos ayudado». Tienen orquesta sinfónica y coro, así como escuela vespertina del Barça.

Horarios: 7:20 a 14:15 hrs.