En la primera mitad de los años treinta la pasó viajando
entre Hollywood y los Ángeles. En 1934, el productor John Hopkins lo invita a
interpretar al asesino Duke Mantee en la última obra de Robert E. Sherwood: The
Petrified Forest
.
Esta película lo catapultó a la fama y logró que un montón de gente importante
se interesara por su figura. Durante la década de los cuarenta rodaría las
películas que cimentaron su prestigio como un gigante de la pantalla:
High Sierra, dirigida por Raoul Walsch; El
Halcón Maltés
(que
significó el debut como director de John Huston); y -por supuesto-, Casablanca de Michael Curtiz, donde interpretó
a un estupendo Rick Blaine al lado de la bellísima Ingrid Bergman.

Humphrey
llegó a ser uno de los actores mejor pagados de Hollywood. Le gustaba la
pesca, salir a navegar, y tenía una fuerte atracción por las mujeres
voluntariosas.
Se casó en cuatro
ocasiones: primero con las actrices Helen Menken y Mary Phillips, más adelante
con Mayo Methot (quien intentó acuchillarlo y por la que la prensa les dio el
apodo "The Battling Bogarts",
algo así como los "Bogarts peleadores"), y finalmente con Lauren Bacall. En
1951 alcanzó la cumbre de su carrera al ganar un oscar por mejor actor en La
Reina Africana
, película que
coprotagonizó con Katherine Hepburn, y que le ganó todos los elogios de la
crítica.

A
mitad de los años cincuenta, la salud de Bogart comenzó a decaer. Contrajo
un agresivo cáncer de esófago y falleció poco tiempo después, el mes de enero
de 1957
. A su funeral asistieron
estrellas como Katherine Hepburn, Billy Wilder, Gregory Peck, Gary Cooper,
Errol Flyn y Marlene Dietrich. Su muerte tan temprana solamente contribuyó a
magnificar su leyenda, y a la fecha, aún se le considera uno de los gigantes de
Hollywood.