Carloz AzarEn la segunda quincena de marzo, entre las 12 y las 20 horas, en diversos pasajes del Centro de nuestra ciudad, que engloba desde el Pasaje América de la Alameda hasta la Capital del Sexo, aparecerán mercancías, servicios, vendedores, bocinas, plotters, televisiones, megáfonos, vitrinas, transeúntes, paseantes, compradores, habitantes, comerciantes.
El grupo Teatro Ojo ensayará condensar a manera de metáforas, la delirante experiencia del espacio urbano que rodea estos pasajes, cargado de estímulos y sensualidad, violencia y fetichismo. Mediante acciones como apuntar, señalar, encuadrar, intercambiar, reconstruir, «Todo espacio vital es espacio teatral», esta sentencia de mi padre, cada vez más vigente en el teatro moderno, plantea la posibilidad de recordar que por donde pasa la vida lo hace también el teatro, como el instante infinito que por haberse juntado se vuelve infinito saciado. Vida y teatro, como un solo círculo que, por evidente, hemos dejado de observar.
Ante la imperiosa necesidad de liberar al teatro de las "cuatro" paredes del escenario e inspirados en la premisa de Walter Benjamin de «Perderse en la ciudad como perderse en un bosque», Teatro Ojo resalta la emergencia de la intervención urbana y coloca al espectador en la experiencia de observar el pasaje que tal vez hemos dejado de ver por la fuerza de la costumbre.
Como bien apunta Ileana Diéguez: «Las acciones de Teatro Ojo son intervenciones en espacios públicos, cerrados y abiertos, que recurren a dispositivos ligeramente instalacionistas, o performativos: disposición de objetos y accionar de cuerpos sin ninguna pretensión de ficcionalización (salvo breves instantes) en lugares no enmarcados para escenificar».
No perdamos la posibilidad de encontrarlos por el camino y, sobre todo, no olvidemos que las ciudades son inmensos compendios de historias que si nos detuviéramos a mirarlas, sólo tal vez, no perderíamos la posibilidad de jugar con la memoria.

CARLOS AZAR fue parte del comité seleccionador de talentos escénicos para el FMX, ya veremos su buen ojo.