Revista Chilango

Amor por los tacos

Febrero 2017

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La mujer justa

Crítica Chilango


Sala Xavier Villaurrutia

Reforma SN

Esquina con Campo Marte

Col.

Tel. 5282-1964

Horario

mié-vie 20 h, sáb 19 h, dom 18 h.
Del 4 de noviembre de 2015 al 13 de diciembre de 2015

Usuarios:



Precios

  • General
  • $150
  • Jueves
  • $30
TC: Todas
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La mujer justa. Cortesía. La mujer justa.
Género
Drama

Crítica Chilango

mié-vie 20 h, sáb 19 h, dom 18 h.    

Menos 3, 4, 5, 6 y 9 de diciembre.

Por: Roberto Marmolejo

Hay en el montaje de La mujer justa, versión teatral de los argentinos Hugo Urquijo y Graciela Dufau de la novela homónima de Sándor Márai, una atmósfera de melancolía inevitable, de saudade que ahoga y razones existen de sobra para este (gran) logro teatral.

Construidas con la minuciosidad de un artesano, Enrique Singer –director- dota cada escena de una belleza inefable: se toma su tiempo y lentamente, con un ritmo que recuerda aquel adagietto de Mahler, utilizado por Visconti en su conocidísima Muerte en Venecia (1971), cuenta la historia del amor de María (Verónica Langer); una historia que son varias historias, depende quién la cuente: ella apasionada; su indolente marido (Juan Carlos Colombo) o la mustia Judit (Marina de Tavira).

Monólogos van y vienen; la interacción mínima entre los personajes; un ritmo que no se precipita y las calculadas apariciones y desapariciones en el escenario de los cinco actores del extraordinario reparto, estructuran un discurso teatral tan sencillo como bello.

Contribuyen por cierto, la exacta iluminación en claroscuros –que son también los contrastes de los personajes- de Víctor Zapatero y la precisa música original de Antonio Fernández Ros.

Elemento indispensable de La mujer justa y sin el cual es impensable, son las actuaciones de ellas: Verónica Langer, actriz de grandes ligas y “alma” de este proyecto, no pierde su objetivo dramático: encarnar a una mujer ante el secreto más doloroso de su vida; Marina de Tavira, espléndida como casi siempre, no tiene desperdicio como la criada ladina y mendaz; Tina French pone el acento severo en este acercamiento a los vericuetos de la pasión femenina.

Ellos se defienden, pero la potencia de Verónica, Marina y Tina es imbatible. Juan Carlos Colombo, como Peter, el marido infiel, es correcta, con esa pericia que dan los años en el escenario universitario, independiente o comercial; de Héctor Holten, como Lazar, se puede decir justamente lo mismo que de Colombo. No hay pierde; son justos y necesarios.

La mujer justa, con Verónica Langer y Enrique Singer a la cabeza del proyecto, resulta una suma de elementos que es mayor a sus partes, porque como propuesta, es una de los mejores de la temporada.

Ya lo escribí en la versión impresa de Chilango: Justo el teatro que nos gusta ver.

Sí, “nos”. ¿Qué? ¿A ustedes no?

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