Una mujer con sobrepeso aparece
prácticamente desnuda sobre el escenario: es Helena (Mireia Gubianas), quien ha
iniciado una relación amorosa con Tomi (Héctor Suárez Gomís), un hombre guapo y
con un futuro prometedor. Se besan, ríen y se confiesan mutuamente su cariño.
Pero aunque este amor funciona en el ámbito privado, cuando se trata de
reconocerlo frente a la sociedad surgen los conflictos. Tomi deberá aguatar las
burlas de sus compañeros de oficina: los ataques sarcásticos de Dani (Juan
Carlos Barreto), y los reproches furibundos de Juana (Lourdes Reyes).

La obra
contiene prácticamente todos los elementos de una buena comedia romántica:
diálogos ágiles inyectados de humor y la dosis justa de cursilería. Aunque por
momentos se pierde la historia en la afectación excesiva de los personajes, el
espectáculo genera una reflexión crítica sobre la sociedad actual y sus prejuicios hacia la diferencia. La dirección
de Daniel Veronese (a quien quizá recuerdas por sus trabajos del
"periférico de objetos"), el guión de Neil Labute y la buena química
entre los actores, contribuyen a generar un trabajo escénico provocador y fuera
de lo convencional.