Producido por Nicolás Alvarado y bajo la dirección de José Luis Aguilera, el día de ayer se estrenó El Letrero, nuevo programa del Canal 22. Funciona como revista literaria, al menos ahí el intento, y sus secciones buscan, muchas de ellas con éxito, vincular el tempestuoso mundo de las letras (digámoslo así, al escritor le encanta el drama) con el público común e interesado. Amenizarlo. Hacerlo ligero. Por partes:

La conducción es llevada por Diego Rabasa (de editorial Sexto Piso) y José Ramón Ruisánchez (escritor). Ambos gozan de un buen conocimiento del medio, pero juegan por momentos a una especie de "diversión" televisiva que resulta medianamente chocante y simplista. Se disfrazan, se cotorrean bruto, aparecen en escenarios distintos a diestra y siniestra (cual Túnel del Tiempo) y terminan, a veces, por demeritar de lo que hablan. En la producción, habría que tener cuidado de los cómos y los tonos.

Porque parece complicado llevar un programa de revista con trasfondos literarios. En vez de entrevistas de y a fondo, perduran pequeñas secciones que funcionan algunas, mientras otras caen en el aburrimiento de lo infinitamente pretencioso.

Como en "Instantánea", donde un escritor es puesto en medio de una caseta fotográfica para entablar un diálogo consigo mismo. ¿Por qué? ¿No sería más lógico, aunque igualmente pretencioso, ponerlo en una casa de espejos? ¿O en un confesionario, tal cual Big Brother?

También sucede una sección retinal, visual, llamémosle "plástica", donde la curadora Ana Elena Mallet crea una Visión de Anáhuac (aquella, la pesada y laureada obra de Alfonso Reyes) a partir de varios lenguajes fotográficos. De nuevo se abre una enorme brecha entre lo que se pretende y lo que se logra, pues se antoja por momentos una mala presentación de PowerPoint.

Dice el productor Alvarado, merecedor (sí) de todos nuestros respetos: "La televisión no sirve para pensar, sirve para decir lo que se ha pensado de manera sencilla". Así se ve la apuesta y creo que se equivoca. Los medios todos deben de ser, fundamentalmente, vehículos del pensamiento.

Porque si uno logra interesarse en la palabra escrita por algo que se vio en la televisión, es gracias a que la mal llamada "caja idiota" suscitó interés y suspiro en el simio irreflexivo que la estaba viendo. O sea, en alguno de nosotros.

Las letras no se alejan de la gente porque sean, a priori, ejercicios inalcanzables; se alejan porque muchos demás medios tratan al lector potencial como un deficiente del pensamiento. Mal ahí.

El Letrero saldrá al aire todos los martes a las 20:00.Te dejamos el tráiler:

1410-https://www.youtube.com/watch?v=_96rsK6mubA