Un camino de dos carriles y doble sentido nos lleva hasta la
Hacienda Cuatitla
un poco más allá de Cuernavaca. El furor y la emoción
por llegar comienza a invadir el
estómago de cada uno de los que se aventuran al quinto encuentro de circo en
México.

Por fin llegamos, gente con clavas, pelotas, zancos, ula
ula, platillos, monociclos y más se preparan para entrar a este lugar poblado
de vegetación.

La gente ahí empezó por montar sus casa de campaña y no
esperaron más para empezar a hacer lo que a cada uno le sale mejor.

Dos carpas gigantes se levantaban sobre el pasto, cuerdas
flojas para los que quisieran practicar estaban puestas entre los árboles, un
lago con patos y sapos en medio del terreno adornaban el lugar volviéndolo un
lugar casi mágico para pasar 5 días intensos de circo.

Los talleres de diferentes disciplinas comenzaron a las 3:00
pm del miércoles y continuaron hasta el domingo a las 12:00pm. Todos los que
llegaron a mejorar sus habilidades circenses salieron satisfechos de lo que ahí
aprendieron. La noche se llenaba de espectáculos de diferentes cosas, fuego,
monociclo jirafa, equilibrio, telas, cuerda, contacto, clown, malabareo de
clavas y otras cosas que dejaron a todos con la boca abierta
. La noche del
sábado fue la noche de gala, los mejores cirqueros hicieron sus mejores presentaciones, entre risas y sorpresa la gente dentro de la carpa tenía la atención fija en cada uno de ellos, al final cerró con una fiesta sorpresa, en donde tocaron cumbias para hacer
bailar a todos hasta las 6:00 am.

La convivencia con la gente siempre fue amena, todos iban a
aprender y divertirse con la gente que siente un amor profundo por el circo.
Todos tuvieron la oportunidad de ver a los grandes del circo en México y a
algunos del mundo. Cosas que nunca antes había visto surgieron ahí, las
personas se levantaban y no esperaban más para tomar sus cosas y empezar a
practicar, así duraba hasta altas horas de la madrugada, sólo con algunos
descansos para comer e ir a tomar agua o una cahuama de cerveza, que lograra
calmar el calor.

La convención terminó siendo un éxito, los cientos de
asistentes no dejaban de sonreír y de convivir para compartir trucos.