Si eres de los que no leen mucho (y lo aceptas), pero eres un orgulloso chilango, acercarte a la obra de Carlos Monsiváis es una buena opción para interesarte por las letras y aprender algo de la historia de la Ciudad de México.

Monsiváis, que murió hace cinco años, tenía una gran capacidad para opinar prácticamente sobre cualquier tema que se le preguntara, siempre tenía algo que decir y sus palabras llegaban a tener un peso importante (nada que ver con otros personajes que opinan de todo, como Carmen Salinas, por ejemplo).

Pero “Monsi” (como le dicen sus cuates… o los que hablan de él como si lo fueran) tenía un especial interés por los movimientos sociales, y los que mejor analizó fueron lo que se gestaron en la Ciudad de México.

A Monsiváis era común verlo bajarse de un taxi para llegar a una entrevista a alguna estación de radio, caminando por CU, participando en una manifestación por las calles del Centro Histórico o asistiendo a una obra de teatro… era un intelectual terrenal, por lo que sus análisis sobre la sociedad chilanga solían surgir a partir de su observación directa y no detrás de un escritorio, leyendo periódicos o viendo estadísticas de Facebook o Twitter.

Quizá el libro donde reunió por primera vez el análisis de más movimientos sociales vividos en la Ciudad de México es Entrada Libre: Crónicas de la Sociedad que se Organiza, el cual también es ideal para aquellos chilangos cuarentones que quieren revivir su niñez durante los extraños días posteriores al terremoto o cuando les llevaban un televisor a su salón para ver el partido de la Selección Nacional en el Mundial porque se jugaba en plena hora de clases.

En estas páginas, Monsiváis hace un recuento de lo que pasó entre 1985 y 1987, una de las épocas más importantes de la historia de la Ciudad de México en cuanto a movimientos sociales.

De hecho, él es uno de los que acuñaron y popularizaron el término “sociedad civil” para referirse a aquellas acciones que llevaban a cabo las personas de manera espontánea sin necesidad de pertenecer a algún tipo de organización.

En el capítulo dedicado a “Los Días del Terremoto”, narra con detalle cómo se vivían esas caóticas horas en las calles de la ciudad, y hace especial énfasis en la manera en la que la sociedad salió a las calles para, por ejemplo, remover los escombros de las construcciones que se derrumbaron, y que entonces eran conocidos como “los voluntarios”. Para los que quieran profundizar más sobre este momento, su libro “No Sin Nosotros” ahonda más en este momento histórico y analiza sus consecuencias hasta un par de décadas después (es un poco más clavado y menos “platicadito”, pero vale la pena echarle un ojo).

Otro momento que narra y analiza Monsiváis en “Entrada Libre” es el del Consejo Estudiantil Universitario, mejor conocido como CEU, que surgió en la UNAM y fue el primer movimiento estudiantil importante después de los de 1968 y 1971 (era liderado por personajes que después fueron importantes en el mundo de la política, como Carlos Ímaz e Imanol Ordorica… nada parecidos al Mosh de 1999) y que, entre otras cosas, reinauguró una de las formas de protesta ahora más comunes en la Ciudad de México: las marchas.

Asimismo, analiza otro capítulo de la historia de los chilangos ochenteros que, aunque no fue precisamente un movimiento, sí tuvo un impacto social: el Mundial de México 86, el cual, a pesar de que en realidad es una crítica al negocio del futbol (sumamente recomendable para aquellos que dicen que, por cultos, odian el futbol), muestra con buen detalle cómo se vivieron esas cuatro semanas en la ciudad y, especialmente, en la televisión.

Para los que quieran conocer más de su obra y de movimientos sociales surgidos en el DF, Monsiváis, que vivió de cerca el movimiento estudiantil de 1968, habla de éste en diversos momentos, aunque en su libro “Días de Guardar” es donde hace una dramática descripción de lo que pasó en Tlatelolco la tarde del 2 de octubre de ese año a partir de un homenaje que se hace en ese mismo lugar el 2 de noviembre, un mes después de los hechos que dejaron cientos de personas muertas, heridas y desaparecidas. Otro libro en donde revisa este movimiento es “El 68, la Tradición de la Resistencia”.

Así que Entrada Libre: Crónicas de la Sociedad que se Organiza es una gran opción para quienes quieren acercarse por primera vez a Monsiváis, y también para retomarlo quienes ya lo hayan leído. Esta obra también puede ayudar a comprender mejor el caos social y político que vivimos hoy en México, ya que narra el origen de muchos de ellos.

¿Ya se te antojó leer a Monsiváis?

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