Lo que debemos aprender de Don Quijote

¿Cuántos no hemos alguna vez leído o al menos escuchado sobre El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha? Nos asombrarnos de las grandiosas batallas infundidas por la imaginación de este caballero andante sería algo incomprensible para la época que fuera.

Son más de 800 ediciones transcritas en 18 idiomas las que han maravillado a múltiples generaciones, y es que no importa el año que sea, sus enseñanzas siguen vigentes.

Aquí cinco enseñanzas que podrás experimentar a través de 21 ilustraciones que componen la nueva exposición que se encuentra en las rejas de la Catedral Metropolitana:

Tal como Don Quijote y su fiel escudero Sancho Panza enfrentaron innumerables batallas envistiendo a los más grandes enemigos provocados por la imaginación y obsesión de un ávido lector de novelas de caballería, Miguel de Cervantes Saavedra, autor de posiblemente la obra más importante de la literatura universal, plasmó el emblema “después de las tinieblas espero la luz” en la primer edición de este libro. Ya sea que se refiriese a todas las ocasiones en las que estos personajes salieron bien librados de sus aventuras, o incluso a la superación de Cervantes hacia la guerra y cautiverio que sufrió por más de cinco años en manos de enemigos Turcos, Don Quijote de la Mancha nos enseña sobre la esperanza y la fe que debemos tener después de cualquier tormenta.

Uno de los 126 capítulos por los que está compuesta esta obra literaria, corresponde al desafío de Don Quijote con un león. Lo que a varios aterraba, Don Quijote lo encontraba como una oportunidad para demostrar su valentía. Al final de este episodio, se descubre que el león no era tan agresivo como se pensaba, por lo que no hizo daño alguno al Quijote. Lo mismo podemos aplicarlo a nuestro día a día, en el que el miedo suele ser el que nos frena, dándonos cuenta que una vez que lo afrontamos éste pierde su valor.

Si de lealtad se trata, nadie tan fiel y entregado como el buen Sancho Panza, que en varias ocasiones rescató a Don Quijote de posibles finales terribles. No es que él creyera todo lo prometido por su amo sino que no importándole lo arriesgado y sin sentido que fuera la misión, siempre quiso estar a su lado para ayudarlo cuando lo necesitara, dicho en otras palabras, qué sería de esta vida sin esos amigos que están ahí para rescatarnos de cada batalla.

Dicen que el amor no tiene cabida si no hay algo de locura en ello, y esto es justamente lo que ilusiona a Don Quijote. Aunque Dulcinea del Toboso nunca figura en persona en la novela más que como inspiración para Don Quijote, es sin duda, este amor platónico acompañado de su locura lo que conducen a Alonso Quijano. Así como él encontró la motivación en la que describía como la más bella de todas, estoy segura que todos requerimos de amor y, por qué no, de locura en nuestras vidas.

Perseverancia u obsesión, como sea que quieras llamarle, es una de las características más visibles a lo largo de esta novela. No importando el peligro, la burla, el miedo o cuántas veces fuera advertido de sus locuras, Don Quijote siempre buscó afrontar diversas batallas y ayudar a los desfavorecidos. No rendirse y ser constantes sería una de las cualidades que podríamos aprenderle.

Si ya conoces esta novela o si es tu primer acercamiento a ella, estoy segura que conocerla desde la imagen hará que se convierta en una de tus favoritas.

TIP: Si vas, no olvides llevarte bloqueador o una gorra para el sol, así como disfrutar de uno de los ricos postres flameados del restaurante del Centro Cultural España, que está justo al lado de la muestra.