Un cuarto de hospital es testigo de la amistad que surge entredos compañeros que pasan la noche conversando sobre la vida y la muerte, sobre escapar de su realidad y hacer un viaje interior.

Conversamos conDaniele Finzi Pasca, creador y actor de estemonólogoque ha sido representado más de 700 veces desde su creación en 1991.Regresa alTeatro de la Ciudaddespués de su última presentación en México hace 10 años.

¿Este proyecto surgió para ser presentado sin que se supiera que se trataba de un montaje?

Hace más de veinte años surgió la idea de contar esta historia en una habitación real sin que el paciente supiera que se trataba de un actor. Tiempo después, un festival me pidió trasladar la experiencia al teatro.

¿Cómo suples al paciente?

Invitamos a un espectador en cada función a subir al escenario y tomar el lugar del enfermo. El resto del público se convierte envoyeuristasque espían por el agujero de la puerta.

Esta experiencia con el actor “invitado”, ¿modifica tu trabajo sobre el escenario?

Logro tener una cercanía física con la audiencia que en otras artes no es posible. Al lograr esta empatía con los asistentes, el trabajo es escena se ve modificado. Cada función es distinta y el destino deÍcarodepende en gran medida de la elección de su interlocutor.

¿Tienes que improvisar?

No hay improvisación, se trata de una búsqueda de perfección que se hace repitiendo lo que se tiene que hacer.El secreto para que algo parezca improvisado es que sea muy medido y preciso.

¿Por qué elegir el clown para contar esta historia?

Elclown, por tradición, cuenta historias de personas reales que son triunfadoras, pero que no necesariamente ganan. Este género ayuda a contar la parte frágil de la humanidad que demuestra que no siempre se debe tener un final feliz para ser un héroe.

Entonces, ¿te da licencias para romper estereotipos?

Los clown contamos historias dedicadas a otro tipo de héroes. Encontramos la parte frágil de la humanidad. No siempre se tiene que ganar para ser un héroe.

¿Por qué contar este tipo de historias?

Porque pueden ayudar a vencer el miedo. Puede ser miedos que vienen desde niños, como a la obscuridad o a los monstruos; o miedos de adulto, como perder a seres queridos.

Después de tanto tiempo de montarla, ¿la obra ha evolucionado?

La obra es la misma, yo soy el que ha cambiado. Es como escalar una montaña cada año: ella es la misma, es uno el que la sube de manera distinta conforme se vuelve más viejo.

En tus obras acostumbras hablar sobre el “escape”…

No se trata de un escape físico.Es una forma de hacer un viaje hacía el interior de uno mismo.

¿Tiene que ver con tu estadía en la cárcel?

Si. De hecho Ícaro la escribí durante una corta estancia en prisión. En Suiza, mi país de origen, no se podía objetar el servicio militar. Eso ha cambiado ahora.

¿Cómo fue la experiencia?

En mi vida, fue una linda experiencia antropológica de descubrir un mundo nuevo. Pero las prisiones suizas no son como las del resto del mundo. Para ser honesto, un mes en una prisión suiza vale como 20 minutos en una de otros países.

La obra la presentas en cinco idiomas, ¿te sientes más cómodo con alguno?

El inglés y el alemán me cuestan más, entonces tengo que hacer ensayos previos. Más que la traducción, cada idioma tiene un ritmo y una respiración distintos.



Ícaro, clown, Teatro de la Ciudad, $150 a $500.

Funciones: Jue 8 y vie 9 21:00 hrs; sáb 10 19:00 hrs; dom 11 18:00 hrs; jue 15 y vie 16 21:00 hrs; sáb 16 19:00 hrs; dom 17 18:00 hrs

Funciones Infantiles: Sáb 10 y dom 11 de agosto 13:00 hrs; sáb 16 y domingo 17 13:00 hrs