Se cumple un año de la muerte del escritor uruguayo Eduardo Galeano, autor de Las venas abiertas de América Latinay amante del futbol. Murió el 13 de abril de 2015.

Un escritor mundial

Galeano fue referencia de la intelectualidad de izquierda latinoamericana de los años 1970, en buena medida gracias Las venas abiertas de América Latina, un título que fue traducido a más de 20 idiomas en el que cuenta la amargura del continente.

Ya mayor, sabiendo la enfermedad que lo aquejaba, no dejó de escribir, pero sobre todo, no dejó de expresar aquello que sentía como un deber: la crítica social.

En una de sus últimas y más celebradas apariciones públicas, Galeano reclamó su “derecho al delirio” y lanzó un mensaje de deseo a la humanidad, a la que deja un legado de decenas de obras que abordan temas tan variados como la política, la historia o el fútbol.

“Qué tal si deliramos por un ratito (…) para adivinar otro mundo posible. El aire estaría limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones, la gente no será manejada por el automóvil ni programada por el ordenador ni comprada por el supermercado ni mirada por el televisor”, dijo Galeano acompañado por un piano en estudio de televisión español.

El escritor, cuya educación formal no superó el primer año de Secundaria, afirmaba haber aprendido el arte de narrar en los viejos cafés de Montevideo, de los cuales era afecto y consuetudinario visitante.

Galeano inició su carrera periodística a los 14 años, cuando publicó su primera caricatura en el semanario El Sol, del Partido Socialista, bajo la firma de “Gius”, onomatopeya irónica de su primer apellido de origen galés.

Entre 1961 y 1964 fue editor de la prestigiosa revista Marcha, que dirigía Carlos Quijano y que era reducto de intelectuales latinoamericanos, en la que también escribió Mario Benedetti. Luego fue director del diario independiente de izquierda Epoca (1964-1966).

Sus primeros escritos fueron periodísticos. Con la llegada de la dictadura en 1973 a Uruguay, que duraría 12 años, Galeano, vinculado a corrientes marxistas, se exilió en Argentina, donde fundó y dirigió la revista literaria Crisis.

Dos años después se trasladó a España, a Calella (al norte de Barcelona), donde escribió para publicaciones de ese país y colaboró con medios de Alemania y México.

Con la restauración de la democracia, en 1985, Galeano regresó a Uruguay, donde residió desde entonces y mantuvo una prolífica producción.

Obtuvo el premio Casa de las Américas en dos ocasiones (en 1975 y en 1978) y su trilogía Memoria del Fuegorecibió en 1989 el American Book Award, distinción que otorga la Universidad de Washington.

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