Es su cuarta vez en la Ciudad de México y a Nir Baram todavía le cuesta entender dónde está. “Es un continente comparado con Israel”, dice este hombre que quería ser futbolista pero que ahora es uno de los escritores más prometedores de la literatura israelí.

Vino a promover La sombra del mundo (Alfaguara), una novela ambiciosa ubicada en tres épocas diferentes, con muchísimos personajes y estilos distintos para cada uno de sus apartados. El tema es el ascenso del capitalismo radical a partir de los años ochenta y hasta la época actual.

Y aunque lo hace con un hiperrealismo desconcertante, también le pone sus dosis de surrealismo y distopía. Pero nada, dice, aunque lo parezca, es real.

“Mucha gente cree que son reales, pero yo los inventé. Sí, por ejemplo, tuve que aprender sobre las décadas perdidas en América Latina en los ochenta, porque me dio muchas ideas sobre Israel, porque hay mucha semejanza, pero el libro es sobre este hiperrealismo que expone lo que en verdad es el mundo. Eso es lo que mucha gente joven me comenta después de haber leído el libro”.

La sombra del mundo tiene un estilo diferente para cada una de las épocas en que se desarrolla. En una sigue a Gabriel Mantsur, un joven ambicioso que se va abriendo paso en Israel; en otra, a un corporativo estadounidense que asesora políticos en diferentes elecciones por el mundo, y en otra, a un grupo de jóvenes que convoca a una huelga mundial.

Ninguna de las historias se desarrolla de forma lineal, sino que Nir las fue intercalando sin un orden aparente. Y no sólo eso. Las escribió tal y como se van leyendo.

“Empecé con las voces y la música para cada trama y sentí desde el principio que no podía usar para cada trama la misma técnica, ni siquiera el mismo género literario. Además, no quería escribir primero una historia y luego la otra, sino como se leen. Así que me tenía que quitar la máscara literaria en cada capítulo, lo cual es muy divertido”.

Para el también autor de Las buenas personas, una novela que lo catapultó a la fama, es importante creer en la literatura. “A veces digo, en broma, que para escribir tienes que creer que la literatura es importante aunque a veces sabes que no es así”.

Nir Baram todavía cree posible que pueda entender algo sobre la Ciudad de México. Aunque reconoce que ha aprendido más sobre esta ciudad leyendo a Bolaño que estando aquí.

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