DavidHernández, Aquí estuvo…

Poseedoresde dos caras, los muros usualmente limitan para contener interiores privados ydejar fuera lo que es público. Sus caras exteriores, aquellas que miran haciala ciudad, forman una red que la contiene. Entonces, la cara exterior de loprivado se convierte en la cara interior de la urbe; nosotros habitamos esegran contenedor exterior y al habitarlo usamos esos muros como propios paraplasmar parte de la vida pública mostrando las huellas de lo que ahí acontece.Contrario a la rigidez característica de estas superficies, Aquí estuvo… propone una que es blanda y maleable,como una invitación a transformarla, un testigo mutable, constantementealterado que recoge hasta la huella más mínima de la vida exterior.

Endónde la puedes ver: Centro Comunitario Frida Kahlo, Eje Central s/n esquinaJuan A. Mateos, Obrera