Las mariposas volaban alrededor de nosotras. Nunca había visto tantas de ellas juntas y mucho menos que volaran con gran libertad. Una vez una amiga bióloga me platicó que las mariposas son indicadores de la pureza del aire, por eso cada vez es más raro verlas en la ciudad, excepto en el mariposario del zoológico de Chapultepec.

Mi hija y yo entramos y cambiamos de atmósfera completamente. El espacio está muy bien diseñado: tiene flores de diferentes tonos y tamaños en un invernadero blanco, lo que hace contraste con todos los colores de la naturaleza. Al entrar hay una vitrina que tiene los capullos de las mariposas que están por nacer. Sofía se quedó un buen rato ahí y logramos ver cómo una salía de su capullo.

Seguimos caminando por el mariposario, admirando cada especie y leyendo los letreros informativos para conocer más sobre las mariposas. Aprendimos que todas las mañanas se acuestan al sol para recibir su energía y poder volar; una especie de páneles solares naturales. Fascinante. También supimos que en México existen más de 200 especies, siendo la monarca la más importante; y nos enteramos que hay una leyenda náhuatl que dice que si le pides un deseo a una mariposa que emprende su primer vuelo, se te cumplirá.

Cada 45 minutos se realizan liberaciones de mariposas, así que nos quedamos para enterarnos de qué iba la actividad. El concepto de liberarlas me gustó mucho. Primero un anfitrión del mariposario nos dio una explicación muy entretenida sobre las mariposas para reforzar lo que ya habíamos leído en nuestro recorrido, después nos informó sobre las especies que íbamos a liberar y nos dividió en nueve grupos. Cada grupo tenía una mariposa y había que ponerle nombre, Sofía y yo le pusimos Mary a la nuestra en honor a una mariposa de peluche que era de mi hija y que se llamaba así.

Nuestra Mary era una monarca que estaba en un recipiente y a la cuenta de tres debíamos liberar. Vimos cómo voló mientras yo pedía el deseo de tener más momentos de amor con mi hija. Le pregunté a Sofía qué deseo había pedido y me dijo que un helado de limón. Así que con una sonrisa en el rostro, nos despedimos de las mariposas y nos fuimos por el helado.

Les recomiendo mucho el mariposario del zoológico de Chapultepec, se la van a pasar muy bien y podrán ser parte del fomento al cuidado y conservación de las mariposas mexicanas.

Más información:
Mariposario: https://www.mariposario.org.mx/
mar-dom 9-16:30 h.

Admisión $40, 9 a 11 h; $45, 11 a 16:30 h.