La
uva Misión llegó a América con la Conquista española; se le llama así
porque los Misioneros se encargaban de su cosecha para producir el vino
de consagrar en el acto de la misa. Los primeros cultivos se hicieron
en México y años después se llevó a Sudamérica dónde se le conoce
también como uva Criolla.

Entonces,
resulta que la Misión debería de ser la uva estandarte en los vinos de
México; fue la primera que tuvimos y podríamos decir que es "nuestra"
uva… la realidad es otra, y hoy en día existen muy pocos vinos
elaborados con uva Misión.

El Korima es uno de ellos, y sin duda el más digno representante de los vinos a base de esta cepa.

Elaborado
por Álvaro Ptanick de Vinos Shimul en Baja California, el Korima 2007
tiene aromas de anís, clavo, eucalipto, leves toques de cajeta, maderas
ahumadas, mucha fruta como ciruela, zarzamora y unos detallitos de higo.

En
boca es perfumado, con tanino rico y suave. Tiene permanencia, acidez,
unos toques de nueces, es ligero, fresco, muy bien integrado… es un
vino que te invita a tomar varias copas. Tienes sus toques complejos,
pero no te hacen llegar al punto de no entender al vino.

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