La forma más sublime que adopta el chocolate y la que más se presta a combinaciones es ésta. Los bombones (que no tienen nada que ver con los que se queman en las fogatas) son de chocolate macizo y llevan algún relleno. Las trufas son también de chocolate pero con una consistencia más suave.

Los hay de mole, tocino, plátano, violetas, mamey, horchata, queso de cabra con guayaba y cuántas posibilidades imagines. Estos pequeños integrantes de la familia se prestan mucho para acompañarse con una copa de champaña, cava o vino espumoso.