La relación entre los mariscos y las tostadas comienza con los totopos. Esos pedacitos al centro de la mesa que se acaban en cinco minutos y sirven para probar las salsas en lo que las bebidas llegan.

En este género hay todo tipo de variantes. Buenas por igual las del clásico ceviche, las del aguachile (gracias, por eso, a los silanoenses), de pulpo, de camarón, de marlin o pulpa de jaiba. Servidas con un poco de aguacate, unas gotas de limón y habanero en escabeche son de esos platos con los que uno se pica.

Prueba la variedad en El rincón del Pulpo o Mi gusto es, en los dos lugares no hay pierde.