A la cocina hay que entrarle sin miedo, dice la chef Mariana Orozco con quién hablamos en esta ocasión sobre los elementos básicos para realizar con éxito una marinada en casa; “una técnica muy útil que permiten aprovechar ingredientes que tienes a la mano e incluso algunos restos”.

Primero, lo primero:

Marinar algo (de ese algo te contamos más adelante) no es nada nuevo. Es una técnica que se usaba para la conservación de alimentos y que hoy sigue vigente para aromatizar o suavizar ese algo que se marina. “Existen dos tipos de marinados, los que se hacen en seco y los que se hacen en un medio húmedo. Los marinados en seco requieren un poquito más de tiempo pero son fáciles de armar y los puedes guardar en tu alacena por un par de meses”.

¿La ventaja? “Puedes marinar casi todo. Las proteínas se benefician: carne, pollo, pescados y mariscos”. Usar Para los segundos, continúa Mariana, “prefiero el marinado en húmedo. Aunque lo que más me gusta marinar son la carne y el pollo. Son dos proteínas que están muy a la mano”.

Luego, las compras y las variables

Es aquí cuando todos decimos ¡qué vivan las hierbas, qué vivan! “Puedes comprar hierbas frescas, usar un tanto para un marinado en húmedo y secar el resto en una servilleta para un marinado en seco”. ¿Las favoritas de esta chef? El perejil, el cilantro, el cebollín, la albahaca, el tomillo y el orégano. Puedes usarlas por separado o tener en un frasco un mix de hierbas.

“Otro ingrediente que me gusta mucho es la pimienta gorda. Si la tuestas en seco [ojo aquí: en una sartén, sin aceite, por un tiempo brevísimo] obtienes sabores a nuez”. También recomienda olvidarse por completo de la sal yodatada y cambiarla por la sal de grano.

Las marinadas en húmero siempre llevan algún líquido: puede ser miel, el jugo de algún cítrico (limón, naranja, mandarina, toronja), algún espirituoso. “Eso lo mezclas con las hierbas y lo untas a la pieza que quieras marinar y listo.”

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