Abre boca en Tijuana

Dicen las malas lenguas que los tacos de Tijuana le ponen un sentón a los del Distrito Federal. Duele el orgullo pero, después del recorrido que aquí te presentamos, no nos quedó mucho espacio en el estómago para la duda.

Carnitas El Jerezano: El Mercado Hidalgo celebró su cumpleaños 59 en la ciudad. Es una de esas paradas para curiosos y locales que tiene de todo: semillas, chiles, birria y un lugar de carnitas, donde nos comimos un campechano con una salsa borracha, preparada con cerveza y mezcal.

Tacos Kokopelli: Gracias por existir. Aquí le echan ganas y le echan de todo. Entre sus creaciones: el burrito de escargots en salsa borracha y taco de pulpo a la plancha. Las salsas… son de aplauso.

Telefónica Gastro Park: Esta ciudad estrenó un gastro park donde están estacionadas varias propuestas foodtrukeras que tienen un poco de todo: odas al cerdo, al marisco, tacos. Prueba: la quesadilla de pato al pastor en una súper tortilla de harina o un taco de marlin (este con tortilla de maíz) de Otto’s Grill.

Verde y Crema: ¿Eres fan de la cerveza artesanal? Este lugar te va a rayar. Tienen una oferta de propuestas locales de cervezas en barril y otras tantas de otros latitudes en botella. Los platos son sustanciosos, como el sándwich de barbacoa con papitas fritas.

… Y cuando llegues a Ensenada

Visita este par de lugares, son de toda la vida y van a preparar a tu estómago para lo que sigue.

La Guerrerense: Esta carreta de mariscos es una parada casi obligatoria. Sabina Bandera es famosa por tostadas como la de erizo con almeja pismo (una comida completa en un solo bocado), las almejas servidas (con todo) en su concha y otras más como las de bacalao. Además, tiene algunas de las mejores salsas de la región.

Bamboo Garden: Una de las cocinas que más destacan de la Baja es la china. Este restaurante es un ejemplo, donde te puedes comer un pato laqueado (lo traen entero, luego lo deshuesan y sirven en buns calientitos) y un plato de arroz frito, es la generosidad hecha platillo.

Manzanilla: La noche es amiga de este restaurante que guarda muchas buenas historias de mesa en Ensenada. Nuestra recomendación es que te sientes en la barra y que no te pierdas las codornices, el rib eye o el abulón frito.

Piérdete en el Valle

Aquí se concentran la mayoría de las vinícolas de la zona (y del país). Muchas están abiertas al público para degustaciones y catas. Entonces, si el tema del vino te interesa, aprovecha los recorridos y -ojo- planea y ve con calma.

En el camino, hay varios restaurantes campestres y de cocina contemporánea que llevan a la práctica la cocina del “campo a la mesa”. ¿Ejemplos?

Deckman’s en el Mogor:Este restaurante abre cuando el clima lo permite. Es al aire libre, al lado de los viñedos de una de las vinícolas con más tradición en el Valle de Guadalupe, Mogor Badán. Con un plato de codornices y una copita puedes sentarte tranquilamente a ver uno de los atardeceres más tranquilos de tu vida.

Finca Altozano:Una vez que encuentres un rincón (en una mesa, en una mesedora, en uno de los miradores) no te querrás mover de este lugar. Es perfecto para ir en familia (para que los niños corran en el descampado) o para. La comida le hace justicia al espacio con tacos de borrego en caja china, con cebollita morada, almejas preparadas a la brasa o pulpos.

La casa de Doña Lupe:Cuando pruebes la mermelada de chipotle con chocolate de verás porque valió la pena la visita. Además, preparan pizzas, como la Margarita con una masa muy delgada.

La Esperanza:Es el nuevo restaurante del chef Miguel Ángel Guerrero (conocido por su trabajo en La Querencia en Tijuana).

Si buscas un menú degustación o algo más contemporáneo dirige tu atención a Laja y Corazón de Tierra, ambos lugares se nutren de un huerto propio y de productos locales.

Cómo llegar
Vuela: Del DF a Tijuana, luego renta un auto y toma la carretera hacia Tecate.