En la Ciudad de México hay pocos lugares como este: un centro cultural disfrazado de cantina de pueblo, especializado en hacer comunidad entre conocidos y desconocidos, en medio de una atmósfera guapachosa digna de cualquier día de fiesta. Tenxokotl, en la colonia Roma, es el más reciente.

Aunque la palabra es bastante impronunciable, una vez que se conoce su significado es difícil olvidarla. El término es náhuatl y no tiene traducción exacta al castellano, pero con él se alude a ese no sé qué que hace que la comida recalentada sepa más rica.

Tenxokotl

Foto: Ollin Velasco

La cantina, como bien podrás imaginar, desborda sensaciones. Sus creadores —el periodista Mardonio Carballo y sus hermanas— son veracruzanos y traen tanto sabor en la sangre, que se nota en la comida, en la bebida y en la música.

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Una vez que llegas a Tenxokotl y te sientas en alguna de sus mesas compartidas (eso es parte de la magia del sitio) te explican la dinámica: tú pagas las bebidas y la casa te alimenta. Son tres tiempos reglamentarios, que estarán de fijo: el primero es una tostada de frijoles negros con queso (o de aguachile de camarón seco); el segundo son albóndigas huastecas, y el tercero, costillitas de cerdo en adobo. Para tomar hay aguas frescas del día (de 30 pesitos), cubetas de seis ampolletitas (por $140) y en presentación individual de 600 ml. (a $40), caguamas pa’ compartir ($65) y mezcal artesanal oaxaqueño (de entre $80 y $100 el caballito).

Entonces, si hacemos el supuesto de que lo tuyo sea la chela, pagando en promedio $120 puedes volver a casa con la barriga llena, el corazón contento y el hígado bien calibradito.

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Algo que nos encantó del lugar es que cada mes traerán a una cocinera tradicional de un punto distinto del país a compartir con los comensales las recetas de su tierra. Todas las ganancias serán para ellas y nosotros podremos conocer más de México a punta de cucharadas y con muchos brindis de por medio.

Además, el sitio estará habilitado permanentemente como un centro de presentaciones de libros, donde se dicten talleres diversos, se monten exposiciones y donde se disfrute de buenos huapangos o música de norteños en vivo.

Si te gustó lo que leíste, no dudes en ir. Van a recibirte como en la casa de alguno de tus amigos. Prepárate para conocer un lugar tan bueno y tan cumplidor, que difícilmente olvidarás el camino de vuelta. Te lo decimos por experiencia propia.  

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Tenxokotl

Dónde: Av. Yucatán 28, Hipódromo

Horarios: mar. a dom., 13:00 – 00:00 h

Cuánto: $120 mínimo, aceptan todas las tarjetas de crédito