Monte Xanic Toscana, Edición Limitada 2002 vs. Tenuta Sette Ponti, Crognolo, Toscana 2004

Sobra decir que los dos van por todo con muy dignos exponentes de cada país, echando "toda la carne al asador".

Monte
Xanic goza del favoritismo local pero hay que reconocer que desde la
copa el italiano se ve enooorme: opaco, con un color entre morado y
púrpura, y se aferra al cristal como pocos. El mexicano se presenta
también opaco, pero con tonos más rojos … un cereza digamos ‘menos
serio’, como que le falta algo.

El
mexicano inmediatamente le mete lo suyo y saca aromas interesantes :
moras negras, mermeladas , chile seco y café tostado … una nota
mentolada le aporta una festividad y frescura muy muy agradable. Sin
embargo, el Italiano se apega a lo suyo y lo hace muy bien: aromas de
frutos negros, grosella, ciruela pasa y regaliz, flor de violeta y
menta rodeados de una capa de tierra, anís y maderas ahumadas que no
nos dejan más que aplaudir entre ardidos y displicentes.

Al
probarlos sólo se confirma lo que se esperaba. Un gran vino mexicano,
muy balanceado, con sabores a grosella, chocolate, café y un poco de
mole; el de Italia hace frente con igual balance, y ataca con sabores
muy marcados a moras negras y ciruela, mucha fruta que casi puedes
masticar y un vino mucho más elegante que su rival. México no se da por
vencido, pelea con final muy largo, pero el europeo hace lo mismo y se
vale de su casta y la herencia italiana para llevarse el segundo tiempo
con un súper vino que recomendamos inmediatamente a todo el que quiera
aventurarse en tierras italianas.

El Crognolo se consigue en Bacus por $630 y el Toscana, al ser Edición Limitada (sólo se embotelló una barrica, 450 botellas, de ese vino) es difícil de conseguir, pero lo encontramos en Eno a $380.

Al final, un digno empate México 1-1 Italia, esperemos que el Tri logré sacar ese resultado el Jueves.