Sin presentaciones aparatosas, pero sí muy abundantes, este lugar ofrece clásicos como el spaghetti bolognesa ($158). Su sabor casero se aprecia en la salsa que preparan con carne de res, zanahoria, apio, cebolla, ajo, especias, vino tinto y rico jitomate molido.

El recibimiento que de dan es en extremo cordial: todas las personas que te topas en tu camino a la mesa te saludan. Ahora, lo que nos atañe es la comida… tampoco hay queja.

De su apartado de pizzas hay que pedir la Margarita, que en la sencillez guarda su encanto. Rebanadas delgadas repletas de queso mozzarella derretido, parmesano, albahaca y jitomate; además de una orilla gordita que combina consistencia esponjosita y crunchy.