Para internacionalizar el paladar, pues se trata de cocina tradicional hindú. Los dueños son originarios de Bangladesh y conservan ese acento tan característico de su idioma. El lugar es pequeño, con alrededor de 20 mesas, y abundan los platillos vegetarianos, pero también hay preparaciones de carne, pollo y pescado, algunas de ellas se cocinan en tandoor, un horno de arcilla.

Todos los platillos tandoori son marinados con salsa de yogur, en la que se mezcla gram masala, jengibre, ajo y aceite de oliva, entre otros ingredientes. Las especias son indispensables en esta cocina, como curry, cardamomo, azafrán, cúrcuma, clavo, etcétera. Ellos mismos preparan su panadería, para entregar a los comensales el nan, una especie de tortilla de harina que puede ser salada, con ajo, cebolla, cilantro, pimiento… o dulce, como la de coco y la de mantequilla.

El picante es otra característica de esta cocina, por ejemplo el chicken chili masala. Lasala es una mezcla de diferentes especias y los platillos que la llevan son cocinados con crema con esencia de coco y almendra. Recomendamos pedir como entrada samosa, una especie de empanada con carne y vegetales, y seguir con un saag ponir, que son espinacas al curry con queso, o un chicken tandoori, servido sobre una plancha caliente y una cama de cebolla.

También son básicos el beef masala y el beef tandoori. Puedes aderezar con raita, que es de yogur natural (el yogur lo hacen en el restaurante), jitomate, pepino y especias. Para que todo sea muy tradicional, completa con un lassi, una bebida de yogur con mango. Y de postre, sugerimos el gulab jam, que son bolitas de leche fritas, marinadas en miel.